*Looking For You.

Capítulo 7.

-Looking For You.

-Dime, ¿Cuál es tu nombre?- Pregunté entre todo el jugueteo.

- Andy...Andy Biersack.- Dijo mientras yo desabrochaba su camisa blanca.

- Interesante...- Me acerqué a el y besé su cuello, demonios; me encanta hacer eso.

Sentí como su piel se erizó, -Lo tengo en mis manos, genial- Pensé. Él tomó mi rostro entre sus manos y me miró directamente a mis ojos.

-Tienes unos ojos preciosos...- Dijo mirándome maravillado.

- Claro que no, son solo ojos.- Bajé mi mano lentamente hacia su pantalón.

- Por favor, no lo hagas...- Dijo tomando mi mano.

- Oh, claro que si.- Me acerqué y le mordí el labio dejándolo rojo.

- No lo vas a hacer, no te dejaré.- Dijo serio.

- No me interesa, es solo sexo.- Sonreí.

- Eres hermosa, muy hermosa...- Sentí que mis mejillas quemaban.

- No.- Dios, se dio cuenta

- Já, lo sabía.- Soltó una risita.

Lo besé y empezó a tocar mis pechos, tiene manos muy delicadas; me gustan. Desabroché su cinturón y bajé su cremallera lentamente... Me pegó a él y besó mis pechos, los mordisqueaba suavemente y los chupaba ¿Qué más se puede pedir? Este hombre sabe lo que hace, lo reconozco.

-Oh, si... Sigue, por favor- Solté un ligero gemido.

- Todo lo que pidas, señorita...- Siguió su trabajo.

Siguió haciéndolo hasta que se separó de mi y terminó de sacarse la camisa que traía, vi su bien formado torso, ¿Es muy tarde para mencionar que tiene el torso como un Dios Griego? Es simplemente hermoso. Lo empujé haciendo que yo quedara encima de él, no sé que me pasaba... Estaba besándolo salvajemente, mordiendo sus labios, besando y chupando su cuello, -Me estoy portando como un animal- Pensé.

-¿Te gusta?- Sonreí pervertida.

- Si, ahora dime tu nombre.- Mi sonrisa se desvaneció.

- No puedo, Andy.- Me separé de él.

- ¿Por qué?- Se sentó.

- Mi trabajo no me lo permite...- Bajé mi cabeza.

- Pero... ¿Y si rompemos las reglas?- Se acercó a mi tomándome de el mentón.

- Me despedirían.- Quité su mano de mi mentón.

- No importa, solo lo sabré yo...- Su rostro se tornó tierno.

- Te dije que no.- Le dije seria.

- Entonces, ¿Qué rayos hago yo aquí?- Dijo agachando su cabeza.

- Hey, cálmate; yo estoy aquí...- Lo tomé entre mis brazos y lo halé hacia mi, cabe mencionar que fué algo incómodo porque, ya saben, me encontraba son ropa en la parte superior de mi torso.