*Looking For You.

Capítulo 19.

-Looking For You.

-Creo que te estoy gustando...- Sonreí.

- No estás equivocada.- Sonrió tierno.

- Me atropellaste, recuérdalo.- Dije seria.

- Cierto...- Puso su cabeza en mi pecho.

- Ya... Era broma...- Acaricié su cabello.

Acaricié su cabello e hice que se quedara dormido, es muy tierno de su parte... Nunca me había sentido así a decir verdad. Este chico es raro, me atropelló pero casi se vuelve loco para que lo perdonara... Esto es loco, parece una comedia romántica loca. Pero no, esto es la vida real; y... Kellin me atropelló. Nunca nadie se ha quedado dormido en mi pecho, es lindo, muy lindo por decirlo así, juro que esto es lo más extraño que me ha pasado en mi vida, ¿Por qué no me morí? ¿Por qué mi vida no se acabó? Soy un muerto, pero vivo... Y no, no soy un puto zombie.

-Podría enamorarme de ti...- Susurró, yo no tengo tiempo para eso.

- ¿Estás seguro?- Pregunté con una sonrisa en mi rostro.

- Si, muy seguro.- Sonrió- Nena, tengo que decirte algo... Fue cuando te atropellé.

- Ok, continúa...- Sonreí y este me tomó la mano para acariciarla.

- Ese día Me enojé con mi familia, y quería salir de allí... Tomé el auto de mi padre y me fui de casa, no te ví y espero que me perdones por todo esto...- Besó mi mano.- De verdad.

- Yo estaba caminando a mi casa, mi amiga y su novio... Ya sabes, se me hizo incómodo y salí de allí.- Puse una cara de obvia.

- Oh, pobre... Te entiendo.- Asintió levemente la cabeza.

- ¿Dónde vas a dormir ahora?- Pregunté.

- No lo sé, posiblemente en la calle... O en un hotel.- Bajó su rostro.

- Puedes dormir conmigo, en mi casa.- Sonreí.

- ¿Es en serio? Eso es mucho pedir.- Abrió sus ojos como platos.

- No me estás pidiendo nada, yo te lo estoy pidiendo.- Sonreí.

- ¿Estás segura? No quiero ser molestia para nadie...- Bajó su cabeza.

- No eres una molestia, eres una persona muy agradable como para ser una molestia...- Tomé su mano.

- ¿Eso te hace feliz?- Preguntó.

- Eso me hace feliz.- Sonreí.

- Eres muy linda, ¿Ya lo dije?- Rió.

- No soy linda, tú eres lindo.- Se sonrojó.

- Áww... ¡Qué lindo!- Reí y este ocultó su cara entre su cabello.

- No soy lindo.- Dijo sonrojado.

- Claro que sii.- Estiré mi brazo para tomarle la mejilla y me dolió, solté un quejido y lo volví a poner donde estaba.

- Ten cuidado, cariño... Recuerda que el impacto fue fuerte.- Se levantó del banco y me miró.

- Yo soy fuerte.- Dije haciéndome la fortachona.