Y la no reina, celebró así los carnavales de primavera, toda sonrisas y cálidas caretas, nadie sospechaba que jugaría su última treta.
Los invitados de todas las cortes llegaron,
caballeros, damas, soldados, los esclavos sirviendo tragos a sus amos, todo mundo quería ver la coronación pero de pronto reunidos en el patio, entró un viejo cantor:
"La balada que estoy por recitar, es la triste historia que aún no se puede contar, hoy bajo sus naguas la reina algo con malicia guarda.
¿Qué será? ¿Qué será? Dígame reina ¿Dónde está?
¡Atrás! ¡Atrás! Ahí debe de estar, escondido con su madre ¡Hágalo pasar!
La balada que estoy por recitar, es la sangrienta historia que se está por desatar, hoy bajo sus narices la reina quiere que la mujer y el niño beban del elíxir.
¿Dónde están? ¿Dónde están? Dígame reina ¿Por qué los va a matar?
"¡Adelante! ¡Adelante! Aquí debe de estar, no te escondas mi querido niño ¡Oh mi rey bastardo perdido!"
El cantor terminó con una ballesta clavada en su corazón y el caos se desató. La guerra entre los dos reinos comenzó. No mentiré que mi madre fue la primera en perecer y le lloré, lloré ¡Ah, cómo le lloré! y me entregué.
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Relatos, Cuentos Y Fábulas
NouvellesRelatos, cuentos y fábulas. Contenido auto conclusivo. Relatos, cuentos y fábulas. 2020. © Queda prohibida la reproducción total o parcial de este material por cualquier medio sin el previo y expreso consentimiento por escrito del autor.
