Este relato es un ejercicio literario de 100% ficción. Ninguna historia real que se parezca ha sido usada de base, ni nombres ni topónimos. Disfrútenlo.
Tarea: Encontrar un viejo relato olvidado y reescribirlo o culminarlo. Cuento base: "A pelo de caballo".
Juan Marco Lasierra (2011)....π...
Cuadro 1. Balística.
La bala que mató al tirano Gruss ni siquiera penetró su cabeza; su cráneo quedó destrozado al impactar contra las piedras del sendero, cuando Jordán -su vehículo viviente- se sobresaltó por efecto del cualatazo, y es más que obvio que espantado por el estruendo del cañón. Pero hasta el más habilidoso lo sabe, montar a pelo de caballo siempre es peligroso; huir de tus enemigos así, es potencialmente mortal en cualquier caso, lleves o no algún artefacto que pueda poner nervioso al animal, da igual la velocidad del galope.
Debo aclarar que en su nota suicida, no especifica que omitir la silla y los aperos formara parte de la estrategia; pero existe una nota suicida, en efecto. Así que, si algo tenía claro Gruss, es que quería morir.
Todavía recuerdo horrorizado tan terrible discurso abreviado, escrito a mano, con lapicero de tinta roja. No sé si algún día pueda sacar esas palabras de mi cabeza.
Decía algo así como:
"He decidido abrazar la muerte en lomos de mi caballo. Sobrevivir a esta última opción de la que hoy hago uso para vengarme de mí mismo, me condenaría a una horrible muerte en manos de mis cazadores. No pienso darles el gusto. Pero tengo pocas balas para ejecutar mi plan y no voy a gastarlas en ellos. Una vez que me cerciore de haber escapado por completo, estaré listo para apelar por una digna muerte segura; será un sólo disparo... Tiene que valer la pena".
Leí cosas muy raras en esa nota, como que él había prolongado el día de su venganza para un momento especial, y que ahora que se estaba dando la oportunidad de reivindicar a sus víctimas, estaba listo para tomar justicia en sus propias manos.
Mientras estaba en el Seminario, escuché que el suicidio era la máxima expresión de la violencia, pero nunca lo vi como un sinónimo de venganza auto infringida. Sólo una mente perturbada como la de Gruss, y creo que hay pocos casos así en el planeta.
Cuadro 2. Letras rojas
Lo cierto es que ese mismo día en mi despacho, Gruss me suplicó en el instante en que ponía su nota de despedida en mis manos, que me llevara lejos al pequeño Tim; su hijo de 14 años. El suicida conocía muy bien mi poder en el Ejército y en la Iglesia al mismo tiempo, y que desde mi posición podría asegurarme del cumplimiento de aquella tarea lo antes posible...
Me pidió que lo mantuviera aislado de todo esto, lo suficientemente lejos de la civilización, el ejército, la radio local, el periódico, cualquier elemento que pudiera dejarle claro a su corta edad, las condiciones en las que su padre había muerto; un suicidio frustrado que terminó en muerte accidental, un daño colateral de la guerra, una persecusión de parte de nadie. Cualquiera de estas y otra versión puede ser verdad.
Pero las cosas que hizo, y por las que Gruss creía que merecía esa muerte, son tan terribles como encontrarse de plano con el profundo significado de esas letras rojas, que yacen al pie de la profecía, es decir: en la media página blanca que le sigue al último párrafo del Apocalipsis.
¿Arruinaste mi Biblia de Estudio conscientemente, Gruss? ¿Lo hiciste por alguna motivación simbólica especial o simplemente no querías escribir tu última confesión en un papel común y corriente? ¡Oh, Gruss... Tirano, irreverente, y cariñoso padre! Dual como cualquier psicópata.
Afortunadamente, en la nota no especifica por qué se quería vengar de sí mismo. De más está decir que yo conozco sus razones, aunque no pienso dar esa información a cualquiera que pregunte. ¡Pero mucho menos a Tim! Lo sé, algún día él me pedirá una explicación, tal vez antes que el Eterno Dios me llame a cuentas.
Cumplí mi cometido, pero que quede claro: lo hice por el muchacho. No por el tirano Gruss. No me es difícil empatizar con Tim; al igual que Gruss, mi padre murió en circunstancias difíciles de entender (que no voy a aclarar).
Cuadro 3. El poder
Fui a despedir a Tim de manera personal, la noche que me aseguré fuese enviado al monasterio. A esa misma hora, bajo el negro manto de la luna nueva, el tirano Gruss comandaba el ataque al Campamento de Montaña Calva.
Casi todos murieron, incluidos la mayoría de quienes le compraron la idea; por desgracia, él salió ileso, y huyó tal como la planeó. A pelo de caballo.
De allí ustedes ya saben.
Soy un Capellán con mucho poder. Hay quienes buscan primeramente mi voluntad, así en la Iglesia como en el Ejército; pero no soy Todopoderoso ni tengo acceso a todo.
Aunque procuré una reunión a tiempo con el Coronel, llegué muy tarde para delatar la venganza de Gruss. Hay cosas que no puedo evitar, después de todo... Por ejemplo, que Tim abra su mochila de mano en cualquier momento, y en una crisis compulsiva de bibliomancia busque una señal. Lo más seguro es que tropiece con las letras rojas que anteceden la sección de La Concordancia, al pie de la profecía.
Fin.
Juan Marco Lasierra.
1 de mayo 2024
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Cuentos que La Naranja no leyó
RandomQuerida La Naranja, añoro aquellos tiempos de la vida real, cuando no teníamos instagram y te encantaba leerme cuentos. Quisiera volver a tu casa a hacer nada, volver a ser el nadie más feliz junto a tu silla favorita mientras hablábamos de cuentos...