En condiciones normales, las lluvias habrían llegado semanas atrás. Pero a esta fecha, nada...Bienvenidos a Huiza. Estamos en invierno. Sí, aunque no lo crean.
Sin duda, esta es mi estación favorita del año. Y aunque estaba preparado para lo que se anunciaba en los noticieros, jamás creí que el cambio climático nos afectaría tanto. O no tan rápido.
No les mentiré. No es el primer invierno en Huiza donde la lluvia tarda en llegar, y el frío se añora con dulzura como se extraña después de los 30 años de edad un buen clásico en la radio. Pero estos calores insoportables no los esperaba. (Seguro nadie).
¡Cómo extraño la neblina al amanecer! ¡O el frío de las tardes! No pido nieve. Con castañear un poco los dientes es más que suficiente.
Por fortuna aún hace mucho frío en las noches. Pero seamos sinceros. Como están las cosas, podemos decir que eso no es un invierno, es simplemente el hielo nocturno de un desierto. (Es broma).
¿Y los chaparrones? ¡Ay, San Guillermo Cantaor! ¡Los chaparrones!
¡Cuando el cielo decida romper en llanto, el berrinche no va a ser nada normal! Han tardado demasiado, más que todos los años. ¿Se estarán guardando lo mejor para finales de temporada? A ver, chaparrones... Reportarse.
Tengo un plan: Esta noche me acostaré más temprano que siempre. Tal vez a las tres o cuatro de la madrugada, cuando los alacranes de afuera estén ahora sí a punto de congelación, mi cuerpo encuentre un poco de alivio (y sepa que lo encontró, que es importante).
¿Qué? ¿Cómo que por qué hay que acostarse temprano para vivir eso?
Bueno. No esperarán que esté despierto a esa hora en condiciones normales ¿Verdad?
Tengo lo que llaman "el sueño pesado". Usualmente nada me despierta. Así que la mayoría de las noches frías de esta temporada me las he perdido. Así nomás, por dormilón. Y cuando vuelvo a la lucidez de la vigilia ya son las 5 de la mañana en Huiza, y me perdí una vez más lo mejor de este invierno... El frío de los fríos, el gélido rey insomne que llega a visitarnos de puntillas, como prefiriendo no despertar a nadie, avergonzado por haber llegado tan tarde.
No es su culpa. Desde hace mucho, Huiza no es la misma que conocimos en los 90's... Qué digo los 90's, 2010 incluso. ¡Jamás fue tan caliente un invierno! ¡Jamás nos preocupó tanto la tardanza de la lluvia!
¿Chaparrones impuntuales?
Completamente comprensible.
Pero este fogaje de las tardes, el calor residual, incrustado en aquellas viejas paredes que me sirven de escondite durante la siesta, y el precalentado del asfalto que nos cocina a fuego lento a mediodía. Eso nadie se lo esperaba.
No obstante. El invierno sigue siendo mi estación favorita.
Hace dos días mamá regresó a Huiza. Hoy veremos una película juntos. Temprano, claro está, para irme a dormir antes que el cuerpo obligue, y poner por obra el plan de cazar el frío más frío, mañana en la madrugada.
Además de eso, mamá ha sugerido que puedo dormir en su cuarto el sábado, y me ha invitado a comer sandwich el domingo. Tenemos mucho en agenda para disfrutar como nunca este invierno tan inusual.
Mamá llegó este año más tarde de lo acostumbrado. Como las lluvias. Pero ya está aquí. Y es junto con las noches frías, lo mejor de invierno.
Ella dice que este es el julio más seco de la década. Quizá más problemático de lo que se atreven a admitir los noticieros.
Pero esta noche a las 4:20 am, quizá la hora más fría en Huiza, yo estaré despierto, en plena conciencia de ese frío parte dientes, que aunque impuntual, en algún momento de la noche llegará. Y me sorprenderá el hielo buscando la estrella más brillante, temblando bajo una manta, parado sobre la yerba y echando neblina por la boca. Mi madre se sumó al plan.
¡Vaya invierno!
Hace calor casi 19 horas al día. El cambio climático está casa vez peor.
Pero mamá ya está en Huiza. Será otro invierno sin igual.
Fin
Juan Marco Lasierra.
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Cuentos que La Naranja no leyó
De TodoQuerida La Naranja, añoro aquellos tiempos de la vida real, cuando no teníamos instagram y te encantaba leerme cuentos. Quisiera volver a tu casa a hacer nada, volver a ser el nadie más feliz junto a tu silla favorita mientras hablábamos de cuentos...