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Chaeyoung's POV.

El llanto de Leo fue lo que me despertó y al abrir los ojos noté que ya era de mañana. Había dormido profundamente aunque sería mejor decir que me noquearon porque ni siquiera recordaba cómo volví a la cama. 

Me senté al borde de la cama y esperé a que mi cerebro despertara. Acaricié mi pecho y al sentirlo húmedo ¿Había sudado mientras dormía? Pasé mi mano por mi frente y esta también estaba húmeda. Definitivamente había sudado... 

Me levanté y me dirigí a la cuna de Leo quien seguía inquieto pidiendo por su comida. 

—Buenos días, mi alfa gruñón—saludé con una sonrisa mientras lo tomaba en brazos—¿Tienes hambre?— 

Antes de darle de comer lo mudé y fue una batalla. No podía evitar extrañar a Lisa especialmente en estos momentos. No sabía cómo lograba que Leo se quedara quieto mientras lo mudaba pero conmigo siempre era una guerra. 

Pronto se cumplirían dos meses desde que Lisa se fue y aunque Leo ocupaba la mayor parte del tiempo y visitaba a mis padres, no había minuto en que no pensara en ella y me preguntara qué estaba haciendo y cuánto faltaría para vernos.

Tras terminar con Leo, me acomodé en la mecedora y de inmediato mi pequeño fue al ataque. Acaricié su hermoso cabello negro mientras lo amamantaba y él me miraba con unos ojos idénticos a los míos. Era imposible no notar lo mucho que había crecido y sonreí al pensar en la reacción de Lisa cuando volviera y se diera cuenta lo grande que estaba. 

Estaba perdida en mis pensamientos cuando sentí una clavada en mi vientre bajo que me hizo sisear. 

—Joder...—susurré cuando aminoró el malestar hasta que desapareció por completo. No tenía idea qué había sido eso pero no volví a sentirlo asique simplemente lo ignoré. 

Una vez Leo quedó satisfecha, se quedó despierto por un rato mientras ordenaba la habitación pero no pude evitar sentir un malestar en mi cuerpo. Me sentía agitada, mi corazón latía deprisa y me pesaban las extremidades. Y ni hablar del calor.

Sólo cuando Leo se durmió pude tomar una ducha fría que fue un gran alivio contra mi piel que parecía arder. 

Una vez terminé, me vestí con ropa ligera y me dejé caer en la cama una vez más. Tal vez si dormía por un rato, cuando despertara me sentiría mejor. 

Seguro que sí. 

—¿Cariño?—

Abrí los ojos lentamente y sentí la mano fría de mi madre acariciar mi frente. Al parecer sí me había quedado dormida. 

—¿Mamá?—pestañeé varias y me senté con esfuerzo. Definitivamente no me sentía mejor, sino peor. Mucho peor—¿Qué haces aquí?— 

—Vine a verlos y llamé por un buen rato pero nadie contestó—explicó ella y arrugó el entrecejo—¿Estás bien?— 

—No realmente—suspiré—Me he sentido fatal desde esta mañana—

—¿Qué sientes?—quiso saber mamá. Miré sobre su hombro y noté que Leo estaba despierto pero jugaba con sus manos tranquilamente. 

—Me duelen los pechos, me pesa el cuerpo, estoy agitada a pesar de no estar haciendo nada y tengo muchísimo calor—expliqué—Una punzada fuerte va y viene en mi vientre. Es bastante molesto...— 

—Oh cariño...—dijo mamá pareciendo sorprendida y preocupada a la vez—Creo que está comenzando tu celo— 

Arrugué el entrecejo y negué con la cabeza. 

Always mine, forever yours (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora