La tormenta

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La tormenta

A pesar del clima tan húmedo, Archibald detuvo el auto en el campo a un pie de la carretera por petición de Candy para poder almorzar. Candy extendió un mantel y sacó los víveres de la canasta.

Con tal de atesorar momentos con ella, el joven Cornwell accedió aunque no era fanático de comer al raz del suelo.

-¡jam! ¡jam! ¡jam! ¡Qué buenos sándwiches!

-Te has comido casi todos Candy.

-¡Ups! Lo siento Archie, la verdad es que me siento un poco cansada de la comida en la mansión.

-Bromeó. Están bastante buenos. Hacía mucho que no comía algo así.

-Traje refrescos también...¿sabes? Me siento feliz de ver a la Señorita Pony, a la hermana Lane y a los chicos.

-¿Te hace muy feliz regresar cierto?

-Ajá

-¿Sabes Candy? Siempre me ha gustado la forma en la que te expresas del Hogar de Pony. No eres de las que se avergüenza de dónde viene.

-Para mí no importa eso, me siento orgullosa de haber crecido en un lugar en donde me enseñaron a amar y en el que me siento feliz.

-A veces te envidio

-¿Qué dices Archie?

-A veces quisiera poder llegar a la casa de mi padre y ser feliz como tú.

-Bueno, si lo ves de ese modo estamos a mano...yo tengo el Hogar de Pony pero no tengo padres, tú tienes padres pero no tienes un lugar como yo.

-Jajajajaja ¡es verdad!

Archie podía platicarle sus penas a Candy, se convertía en un libro abierto para ella. Bebieron refrescos y comieron en el campo. Después de un rato volvieron a abordar el coche y continuar con su viaje.

-¡Ahí está el rancho Stevens!

-Espera un poco Candy, me estacionaré cerca.

-Yo me bajo antes.

Candy bajó del auto y corrió al portón de madera. Tiró de la campana con fuerza. Hacía mucho que no iba a visitar a su amigo y se sentía emocionada.

-¡Tom! ¡Tom!

La puerta se abrió después de algunos minutos. Mary Jane miró con extrañeza a la hermosa chica. Se comenzaba a cansar de las damas ricas en el rancho.

-¿Sí?

-¡Oh! Hola...Vengo a ver a Tom Stevens. Mi nombre es Candy White

-¡Candy!

-Sí, soy amiga de Tom

-Ya veo...

-Por favor, quisiera verlo, tengo un asunto que tratar con él.

-Pero Tom está ocupado.

-¿Ocupado?

-Una vaca ha dado a luz prematuramente y él la está cuidando.

-Ya veo...entonces...creo que volveré después.

-¿Qué sucede Mary Jane? ¿Quién toca?

-Es...

-¡Candy!

-Ah jajaja ¡Tom! ¡Tom!

-Pero...

-¡Hola Tom!

-Hola

-Disculpa, pensé que estabas ocupado y por eso le decía a la señorita que...

-No importa Mary Jane... Yo me encargo, ¿podrías ir a cuidar al ternerito?

Si todo hubiera sido así...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora