Rancho Stevens

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Rancho Stevens

Después de los cuidados nocturnos de Tom y MaryJane, Annie por fin mostraba avance. La chica comenzó a reaccionar y no hubo necesidad de llamar al doctor.

Tom había aprendido veterinaria y eso le dio un poco de conociemientos sobre medicina humana.

El joven dejó a cargo. Mary Jane mientras él iba a la casa Ponny para tranquilizar a todos.

-¿Qué ha pasado? ¿En dónde estoy?

-Tranquila, ¿Cómo se siente?

-¿Quién es usted?

-Mi nombre es Mary Jane, y usted está en el Rancho Stevens.

-¿El rancho Stevens? ¿El rancho de Tom?

-Así es.

-¿dónde está Tom?

-Fue al hogar de a Ponny para avisar que usted estaba aquí

-Ya veo... Argggg me duele la cabeza.

-Debe comer algo, le calentare sopa.

-No...no hace falta, tengo que regresar al hogar.

-No sea necia, usted tiene un resfriado. Además, ya le he dicho que Tom ha ido a avisar que usted está bien.

-Pero...

-Será mejor que siga descansando.

-Tom no debe de estar muy a gusto con mi presencia aquí

-Oh, está preocupado sin duda. ¿ustedes se conocen?

-crecimos juntos en el hogar.

-¿Es usted Candy?

-No...mi nombre es Annie.

Annie! Nunca antes la había mencionado...Entiendo. Por favor no se levante hasta que llegue Tom, de lo contrario me retará.

La chica se quedó en cama, aún tenía malestares y se preguntaba por qué Tom la habría llevado a su rancho si de ella no quería saber nada.

Cuando Maryj Jane le dio sopa a Annie, esta comenzó a comer. Tom arribó a la habitación un poco después.

-Veo que ya te sientes mucho mejor.

Annie se sentía aún intimidada por su presencia, No había olvidado lo rudo que había sido con ella y recordaba que gracias a eso ella se perdió en el bosque.

-Mary Jane ...déjanos solos por favor.

La chica se levantó de inmediato viendo de reojo a Annie. No podía cuestionar nada porque no era la indicada pero, quería saber exactamente la razón por la que esa chica tan refinada estaba ahí y el motivo de tantas atenciones para con ella.

Salió de la habitación sin decir una sola palabra pero tan pronto cerró la puerta, pegó el oído.

Annie se quitó las mantas de encima. Se dio cuenta que traía un camisón que desde luego no era de ella. Se miró a sí misma muerta de vergüenza.

-Es un camisón de la esposa de mi padre. Ella murió desde antes de que yo llegara a esta casa.

La chica guardó silencio por un tiempo e intentó levantarse de la cama.

-¿Qué haces?

-Me voy.

-¿Estás loca?, Aún estás convaleciente.

-No quiero darte molestias.

-No permitiré que te vayas. Pony y la Hermana Lane no me perdonarían si te pasa algo. Te quedarás aquí por lo menos una noche más.

Si todo hubiera sido así...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora