Encuentro al amanecer

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Encuentro al amanecer

La luz de la mañana comenzaba a asomarse en Lakewood, los pájaros apenas comenzaban a cantar. Los sirvientes, quienes ya estaban preparando todo para el desayuno y el resto del día, estaban ocupados en la cocina.

Un estruendo en la sala principal los alertó, pensando que pudiera ser un ladrón, el mayordomo y el cocinero tomaron algunos objetos para usarlos como armas.

Un escándalo se hizo y las dos damas de la casa se levantaron de inmediato siendo Candy la primera en salir de su cuarto alertada y espantada.

La tía abuela también salió siendo mucho más lenta y estando un poco atareada. La sorpresa de ambas fue cuando vieron a un chico totalmente desaliñado en medio de todos los sirvientes que por poco y lo atacan.

-¡Archie!

Cuando la tía abuela se abrió paso entre todos, su voz semblante de espanto cambió a uno de tremenda furia.

-Pero, ¿qué significa esto? ¿Qué son esas formas de entrar así Archibald?

El joven estaba completamente cambiado, no era del tipo al que le gustara ensuciarse o descuidarse tanto. Era claro que llevaba días sin afeitarse y su aspecto revelaba que llevaba días sin dormir.

-Buenos días a todos. Lamento haberme presentado de esta forma.

-¡Archie! ¿Qué te pasa? Estás todo sucio.

-Debe ser porque me quedé dormido en el auto, no quise entrar de noche.

-¿De noche? ¿Quieres decir que pasaste la noche afuera?

-Lo siento Candy, no quería despertarlas.

La tía abuela comenzó a temblar en señal de enojo.

-¡¿Cómo te atreves a venir aquí después de lo que has hecho?!

-Supongo que entonces, ya le han llegado las noticias.

-¡Por supuesto que me han llegado!, los Brighton me escribieron. ¿No te parece suficiente el haber manchado la reputación de tu propia familia y haber insultado a otra? ¡No quiero que estés aquí!

-¡Señora Elroy por favor!

-¡Silencio Candy! No lo justifiques, Archibald cometió un grave error y no merece disculpas.

-Está bien, entonces me iré. Con permiso

-¡Espera Archie!

-Ya oíste a la tía abuela Candy, no merezco estar aquí ni tampoco ser un miembro de esta impecable familia. ¡Adiós!

Candy se puso en frente de la tía abuela que ni siquiera la miraba a los ojos por mantener la vista fija llena de odio sobre su nieto.

-Por favor Señora, no podemos dejarlo ir en esas condiciones. Deje que se quede. Yo me encargo de hablar con él.

La tía Elroy miró de reojo a Candy y comprendió que no podía echar a Archie de la casa. Se dio la media vuelta y suspiró hondo.

Haz lo que quieras Archibald pero en estos momentos no quiero hablarte, comprenderás que no estoy de humor para oírte ni lidiar contigo. No voy a desayunar.

La mujer subió a su habitación y cerró la puerta con un fuerte golpe. Candy dio la orden de que le prepararan algo de desayunar a su primo.

-Vamos Archie, aséate y baja a desayunar.

-No debí de haber venido Candy, me iré.

-No seas tonto, esta es tu casa. Por favor no hagas las cosas más difíciles. Ven

Si todo hubiera sido así...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora