Fuego en la sangre

74 10 2
                                    


Fuego en la sangre.

3x1=3

3x2=6

3x3=9

3x4=12

3x5-=15

-Buenos días niños

-Buenos días señorita Pony y Hermana Lane

-Sentados

-La hermana Lane se quedará con ustedes un momento. Tengo que hablar con su maestra...Annie, ¿Podrías venir un momento conmigo por favor?

-Eh sí.

Annie se sentía confundida, nunca habían interrumpido sus clases. El rostro de la señorita Ponny como siempre, era amable pero que la hubiera mandado llamar le parecía muy extraño y preocupante.

La joven acompañó a la anciana hacia la sala. Cuando entró, sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. El señor Brighton se encontraba de espaldas esperándola mirando hacia el campo abierto que se contemplaba desde el ventanal.

-¿Pa...papá?

-Hola Annie.

-Los dejo solos.

-No es necesario Señorita Pony. Lo que tengo que hablar con Annie no es ningún secreto.

-¿Qué opinas tú Annie querida?

-Por favor señorita Ponny, quédese.

-De acuerdo.

-Annie, cuando me informaron que habías escapado de casa me imaginé que habrías vendido aquí. No te busqué antes porque estaba seguro que regresarías. Pero, ya han pasado casi dos meses y me preocupa.

-Yo...

-Entiendo que lo que te pasó no es fácil de aceptar sin embargo, abandonar a tu familia no te hará ningún bien.

-¿Abandonar a mi familia?

-Archibald Cornwell se rehusó a casarse contigo pero no es el único chico en el mundo que...

-Basta pa...Señor Brighton.

-¿Qué?

-Usted no sabe...usted no sabe por qué decidí abandonar a los Brighton.

El caballero miró con desconcierto a la señorita Ponny quien asintió a la cabeza sugiriendo que escuchara a la pobre chica que evidentemente ya había comenzado a llorar.

-Seño Brighton, ¿por qué usted y su esposa me adoptaron?

-¿Qué quieres decir?

-Usted...quería adoptar a Candy ¿no es cierto? Entonces...¿por qué terminaron por adoptarme a mí?

-Annie yo...

-El parecido que yo tenía con Clara fue más fuerte que la simpatía que sentían por Candy ¿no es verdad?

-Por favor Annie

-Lo escuché de la señora Brighton.

El robusto hombre se acercó a su hija. La tomó de los hombros soltando un gran suspiro.

-Annie, Emma estaba cegada por el dolor de haber perdido a nuestra única hija. Sin embargo te aseguro que ella te ama. Ahora se siente igual de triste que yo por lo sucedido con ese muchacho pero...

-Padre... ¿sabes cuántas penas le hubiera evitado a Candy si la hubieses adoptado en vez de mí?

-No digas tonterías Annie, tú eres nuestra hija.

Si todo hubiera sido así...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora