- ¡¡¡Gisela cuidado!!! - Oí el grito de Lars provenir de mi espalda.
"¡¡¡Bang...!!!" Un fuerte disparó resonó, esparciendo su eco por toda la academia. Instantes después un cuerpo cayó sonoramente al suelo...
Cuando volteé, Gisela estaba desplomada en el piso y el guardia al que supuestamente Lars había apuñalado, sostenía apenas su rifle con una mano mientras que con la otra llena de sangre se agarraba con fuerza el cuello.
Lars conmocionado al igual que yo por el disparo no pudo más que ver como aquel soldado que ambos jurábamos muerto seguía apenas con vida sujetando su arma.
Ese soldado parecía más muerto que vivo, apenas lograba sostener su rifle mientras que, de su cuello cubierto por su mano y su sonrisa llena de orgullo, se filtraban ingentes cantidades de sangre...
Era imposible que siguiera vivo... Él se estaba ahogando en su propia sangre...
Durante esos instantes en que Lars y yo lo vimos, él haciendo acopio seguramente de su ultimo aliento, apuntó su arma hacia Lars...
De forma inconsciente y casi por instinto, viendo como aquel sinvergüenza seguía vivo, intentando herir esta vez a mi preciado amigo, llevé mi mano a la escopeta de palanca que descansaba en mi espalda y en menos de un parpadeo...
"¡¡¡Bang...Chick-Chack!!! ¡¡¡Bang...Chick-Chack!!!" Dos disparos escaparon del cañón del arma en menos de un parpadeo y al siguiente aquel maldito infeliz cayó finalmente muerto sobre su charco de sangre...
Sin tiempo a pensar todos dirigimos nuestras miradas a Gisela que había caído al suelo instantes antes.
- ¡¡¡Gisela!!! - Le gritó Lars horrorizado, siendo el que estaba más cerca de ella, tomándola de los hombros y moviéndola con insistencia.
No reaccionaba...
- ¡¡¡Gisela, vamos levanta!!! - Pidió a los gritos mientras nosotros lo mirábamos, consientes del estado de Gisela.
Teníamos que irnos ya, no había tiempo para lamentos. Los Imperiales caerían como una tormenta en pocos minutos.
Por más que me pesara, me acerqué con rapidez a ellos dos y con fuerza corrí a Lars lejos de Gisela.
Enojado y casi rabioso Lars me miró incrédulo por lo que estaba haciendo.
- ¡No hay tiempo Lars! - Le grité mientras abría uno de los botones de la chaqueta de Gisela y con fuerza arrancaba las chapas de su cuello - ¡Lars levanta y avísale al 3er Escuadrón que nos movemos, ahora!
- Pero... - Me miró escéptico y casi en shock, luchando para poder pararse.
Mi radio sonó mientras veía a Lars luchar para poder recomponerse. Ya habiendo tomado las chapas de Gisela, la apoyé con cuidado en el piso y apreté el comunicador de mi cuello.
- ¡Lawrence al habla...!
- ¡Oímos disparos! ¡¿Están bien?! - Preguntó Ludmilla claramente preocupada
- ¡Sí, solo sufrimos una baja...! - Observé con pavor el cuerpo de Gisela que descansaba a mi lado - ¡Nos retiramos junto al 3er Escuadrón...! - Volví a mirar a Gisela - La operación ha sido un éxito...
- Entendido Law, nos prepararemos para la ofensiva - Afirmó Ludmilla, dejando el micrófono a un lado y siendo tomado por Amaia.
- Teniente el tanque está operativo ¿Necesitan apoyo?
Antes de responder preferí mirar en dirección a la gran zona iluminada que rodeaba la estación.
Desde la distancia parecía que el avispero había sido agitado, podía distinguir como un gran contingente de soldados Imperiales con nuestro uniforme corrían de un lado al otro, formándose para comenzar su avance.
- Negativo, aguarden en la muralla - Volví mi mirada con asombro hacia las varias formaciones de soldados Imperiales en la estación - Tendremos compañía...
A través de la radio podía sentir como Ludmilla gritaba fuera del tanque, ordenándoles a los muchachos prepararse para el combate.
- Copiado Teniente, Ludmilla ya esta dirigiendo a los muchachos para recibirlos...
Los demás me miraban llenos de duda, aún atónitos por lo sucedido, pero aún así no se detuvieron y entre todos comenzaron a levantar el cuerpo de Gisela.
- ¡¡¡Ya oyeron al Teniente!!! - Gritó El Chico Felino luego de tomar por el hombro el cuerpo de Gisela - ¡¡¡Nos retiramos!!!
Sin esperar otra orden de mi parte, él asintió hacia mí y con ayuda del resto de su grupo comenzaron a moverse en dirección a la muralla.
Lars por otro lado solo pudo mirar con tristeza como Gisela era llevada a cuestas entre cuatro personas lejos de aquí. Poco después Lars comenzó a correr detrás de ellos, seguramente para ayudarlos o para poder tener una ultima conversación con Gisela antes del combate que se viene.
Mirando a mi alrededor solo pude ver el costo de mi "pequeña operación". Todo estaba manchado de sangre, incluso aquella blanca e impoluta nieve se había tornado en un rojo carmesí profundo.
Quería dejar de mirar, pero no podía, algo dentro de mi cabeza me ataba a seguir mirando. No era el remordimiento, de eso estaba seguro, quizás era la culpa de haber confiado tanto en que aquel soldado estuviera muerto en un principio, o quizás solo quería vislumbrar aquel caótico escenario iluminado por la creciente luz de la luna...
- Que la Diosa los bendiga... - Recé a los caídos de mi alrededor.
Y aún teniendo las chapas de Gisela en mi mano, las levanté en dirección a la luna, dejándolas bañarse con su luz y permitiéndome vislumbrar un pequeño rosario con un copo de nieve tallado a mano en madera.
Teniendo aquellas chapas y rosario en mi mano frente a la luz de la luna hice un último rezo.
- Que la Diosa te bendiga, Gisela... - Apreté con fuerza mi mano, sosteniendo el alto aquellas chapas y rosario - Que le Diosa te bendiga en su gloria Gisela, así como tu bendijiste a otros.
Instantes después las nubes cubrieron nuevamente la luna, privándome de su luz y obligándome a retomar mi cometido.
Debíamos volver a la muralla. Si bien habíamos perdido aquel factor sorpresa, aún podíamos darle vuelta a la balanza, el plan seguía en pie y que ellos se alejaran del área administrativa abría un poco más nuestro margen de acción.
Con ello en mente y habiendo guardado las chapas y rosario de Gisela en mi chaqueta, procedí a volver también a la muralla en compañía del 3er Escuadrón...
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Crónicas del Escuadrón Queens Victoria
Fiksi UmumUn joven Teniente se alista en venerada Academia Queens Victoria, Lawrence Valenholt, no está allí solo para servir a su nación como miles de jóvenes cada año, sino que para un propósito más doloroso: limpiar el nombre de su familia, mancillado por...