⇜ღ⇝Para alguien que jamas había tenido un lugar propio al cual llamar realmente suyo, le era difícil hacerse la idea de que aquella casa le pertenecía. Cada mañana podía mirar el azul del cielo y respirar la más fresca brisa del ambiente. Ya no debía usar ropa demasiado pequeña e incomoda, tampoco usar mil cremas y perfumes para oler lo mejor posible, no tenía que maquillarse, depilarse, ni tomar drogas ilegales que pudieran prepararlo para atender a los más asquerosos y repusivos alfas que esperaban.
Llevaba una semana viviendo alejado de la gran ciudad de Seúl, una semana sin ser vendido en la casa del piacere, una semana donde se pudo dar cuenta de que podía tener algo mejor. Seungmin a pesar de todo esto, no lograba dormir, ni comer bien, los recuerdos, las sensaciones, las costumbres seguían aferrándose a él sin dejarlo avanzar. Minho se encargó de que nada le faltara, pero aún con todo eso, el omega se sentía vacío, como si tuviera un hueco en el pecho que deseaba ser llenado, Seungmin anhelaba sentir algo más que rabia y miedo, porque ese temor estaba destruyendo su alma.
Tenía ataques de pánico constantemente y las pesadillas lo atacaban fuera de noche o de dia. Minho intentó que tomara calmantes o pastillas para dormir, no obstante no era mucho lo que los medicamentos hacían por él. El omega no toleraba estar en la misma habitación con otra persona, fuera ésta o no una amenaza, porque comenzaba a temblar y sollozar desconsoladamente buscando huir. Sin embargo, en ocasiones podía hablar y compartir algo de tiempo con Lee Minho, aquel hombre con los ojos más brillantes del mundo.
Una extraña sensación recorría su cuerpo cuando el guardaespaldas le hablaba, tan solo bastaba que lo llamara por su nombre para que todo estuviera en calma dentro de él, eso era en los días buenos, los dias malos solo hacían que Seungmin quisiera salir corriendo de ahí. El hombre se encargaba de llevarle lo que fuera necesario y lo visitaba dos veces al dia sin falta. Seungmin quería visitar a Yongbok y poder explicarle todo lo que paso luego de que salió de la casa, pero sentía que le faltaba el aire cada vez que ponía un pie fuera del lugar. Así que se encontraba en un dilema, uno que se soluciono cuando el omega mayor decidió ir personalmente a visitarlo.
Ahora estaba a la espera de Yongbok, o mejor dicho Felix. Se vistió cómodamente y prendió la televisión en busca del programa de animales que un día por casualidad sintonizo. Intentó mantener las manos alejadas de su boca, dado que comenzó a morder sus uñas y la piel alrededor de estas de manera inconsciente, lo que provocó un sin fin de pequeñas heridas que Minho atendía en cada ocasión que podía, aún así el omega no quería causarle más molestias.
Estaba lo suficientemente cansado como para empezar a dormitar sobre el sofá luego de diez minutos, se encontraba a unos segundos de caer en el preciado sueño cuando el sonido del timbre en la puerta lo asustó. Estuvo a centímetros de caer al suelo producto del rápido movimiento de su cuerpo.
—¡Seungmin!—Exclamó una voz conocida desde el exterior—Soy Minho, ¿Puedes abrir por favor?
—¿Señor Minho?—Cuestiono tímidamente.
—Así es—Aseguró. Seungmin camino hasta llegar a la entrada, tomó el pomo de la puerta y suspiro lentamente—¿Puedes abrir para mi, dulce omega?
—Creí que no vendría hoy, ya es tarde—Dudó mordiendo sus labios.
—Bueno, Felix deseaba verte—Explicó con suavidad el alfa—¿Crees que pueda entrar aquí?
—Eso creo. Bokkie solo me ha protegido—Susurro en un intento por calmar el nudo que se estaba formando en su estómago. Estaba convenciéndose a si mismo de que no había nadie fuera de esa casa que buscará dañarlo.

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Shammer
NezařaditelnéFelix no entra dentro de los estándares impuestos para los omegas, él es fuerte, creativo y un asesino. Es un impostor al servicio de la mafia y esta a punto de adoptar el papel más importante de su vida, convertirse en el perfecto y dócil esposo d...