"TE RECUERDO AÚN CUANDO ESO ME HACE DAÑO"
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-Quieto, omega-Las manos del alfa detuvieron los movimientos de Felix sobre su regazo-Estas ardiendo, vamos a tomar una ducha.
-Quiero besos-Una sonrisa cálida surco los labios del azabache. El aroma y las feromonas que estaba soltando el alfa por la habitación lograron que el dolor feo omega disminuyera, sin embargo necesitaba ser mimado y llenado por su alfa, deseaba ser penetrado.
-Y te los daré, pero primero debes tomar el supresor bonito. Ayudará a que te sientas mejor-Felix fue depositado suavemente sobre la cama del alfa, su boca soltó un lastimero gemido cuando perdió contacto con la cálida piel del azabache.
Changbin tenía miedo, estaba aterrado. Quería ayudar a Felix, deseaba cuidar de él, sostenerlo entre sus brazos y hacerlo sentir mejor. Pero no estaba seguro de que hacer. El celo de los omegas suele ser demasiado doloroso, incómodo y potente. Era bastante obvio que si no eran ayudados por los supresores para disminuir los síntomas, necesitaban de una pareja, un alfa tn este caso que lo anudara. Changbin adora a Felix, Changbin desea a Felix con todas sus fuerzas. Sin embargo esperaba que llegado el momento en que tuvieran sexo, no hubiera un celo de por medio. El mafioso quería tener a Felix, su consentimiento, porque estaba seguro que el omega no se negaría a ser tomado. Y le asustaba que cuando el celo de este terminara, Felix lo odiara, que su precioso chico lo detestara.
-No te muevas, bonito. Solo tardaré un segundo-Salió de su habitación, colocando seguro a la cerradura-Minho.
-Señor-El guardia apareció en la esquina del pasillo.
-¿Tienes lo que te pedí?-Minho asintió, moviendo su cuerpo nuevamente hasta que volvió con una caja negra entre sus manos-Gracias amigo.
-Estas dudando-Confirmó el alfa-¿Porque?
-Tu me conoces Minho, llevas años viendo el desastre que soy. No quiero arrastrar a Felix conmigo.
-Eres un excelente hombre, un buen alfa-El mafioso lo intentaba, cada día. Quería ser una mejor persona, quería merecer a Felix a pesar del tipo de vida que llevaba.
-Te lo agradezco Minho. Cuida de todo mientras no este-El guardia dio un reverencia para el futuro jefe y salió nuevamente por el pasillo del tercer piso.
Cuando el alfa atrevesó la puerta, el aroma dulce y embriagador de Felix se coló por sus fosas nasales. Pero para lo que no estuvo preparado era para ver al omega desnudo sobre la cama, sus piernas estaban abiertas y presionadas sobre las sábanas, tenía una perfecta vista de su entrada, una de sus manos descansaba sobre su pecho que se movía rápidamente, la otra estaba sobre su boca, atrapada entre sus dientes. La blanca piel del omega estaba iluminada por la lámpara qué descansaba sobre la mesita de noche, Felix parecía brillar.
Changbin se atragantó con su propia saliva, la caja negra quedó aplastada entre sus dedos. Una sensación abrasadora llego hasta su entrepierna. Necesitaba calmarse, necesitaba hacer que Felix volviera a la superficie, debía preguntarle que era lo que deseaba, porque desde el instante en que entraron a la habitación el lobo interior de su omega hizo aparición y no siempre ambas entidades deseaban lo mismo. Tal como pasaba con él y su lobo.
Tomo el supresor de la caja y se acercó al chico. En el camino quito su chaqueta y corbata. Tomo una profunda respiración y hablo.
-Felix-El impostor ni siquiera se movió-Abre la boca, omega-Ordeno con voz grave. Los iris dorados del omega lo enfocaron, su boca se abrió con lentitud, Changbin olvidó como respirar, no era posible que Felix se viera así de perfecto, así de sumiso. Acarició el platinado cabello del omega y dejo la píldora dentro de su boca.
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Shammer
RandomFelix no entra dentro de los estándares impuestos para los omegas, él es fuerte, creativo y un asesino. Es un impostor al servicio de la mafia y esta a punto de adoptar el papel más importante de su vida, convertirse en el perfecto y dócil esposo d...