𝑪𝒉𝒖𝒄𝒌 𝑩𝒆𝒉𝒍𝒆𝒓

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Mi mama decía que sería buena idea entretenerme con algo mucho más que solamente mis amigas así que quería que empezara a tocar un maldito instrumento.

También cree que sería buena idea que venga un maldito estúpido a enseñarme percusión que es básicamente aprender a tocar batería, pero como mi madre es una vieja anticuada dice que se llama "percusión". Que se joda.

— ¡T/n! — me grito mi madre llamándome. 

— ¿Qué quieres? — respondí algo tosca. 

— ¡No le faltes el respeto a tu madre! — me dijo en tono muy alto aquel ser humano que se hace llamar mi padre.

— Es mi madrastra.

Mi padre giro los ojos en señal de agotamiento y era verdad él estaba cansado de que mi madrastra quiera manejar mi vida, le decía madre por respeto, pero las cosas que hacía me hacían querer sacarle ese respetó, si no me respetaba a mi mucho menos le daría mi respeto.

— ¡Solo prepárate mocosa! ¡en unos minutos vendrá el hijo de Rouse y darte esas malditas clases para que salgas de una maldita vez de la calle! — escupió.

Mire a mi padre a ver si le decía algo a mi madrastra, pero no... no le dijo nada. Sin más me fui a mi cuarto para que ellos luego me llamen y así poder bajar y no estar con ellos.

— ¡T/n cariño! ya está por bajar.

— Esta bien señora.

— Llámame Ruth cariño.

Escuché que hablaban, mientras bajaba la escalera pude ver sus tenis de Nike, sus jeans ajustados, una moda extraña a mi gusto.

 — T/n saluda no seas descortés.

— Hola.

El tipo quedo mirándome aparte de vestirse extraño, era extraño. No me dijo su nombre, solo nos llevaron a la sala y nos pusieron en frente del piano, como la sabia de percusión me ayudaría a mejorar mi agilidad para el piano ya que la vieja esposa de mi padre me dijo que lo que yo tocaba no se entendía muy bien. 

Comencé a tocar en el piano, técnicamente leía las partituras y el en alguna ocasión me detenía y me decía "un poco más lento".

Nos tomamos unos cinco minutos de descanso y luego seguiríamos, fui por algo de tomar y llevé dos vasos para él y una para mí.

— Toma — le entregue el vaso y él lo acepto. 

— Gracias... ¿puedo hacerte una pregunta? — asentí con la cabeza — ¿por qué me están pagando para enseñarte a escucharte si... se ve que si tienes oído?

— No lo sé, tal vez ella sabe que su voz suena como una cacatúa y cree que estoy quedándome sorda — dije y tome un trago de mi soda.

El no contuvo la risa, porque justo estaba bebiendo de su vaso y escupió todo para reírse alocadamente. 

— AHAHAHAHA demonios! — decía limpiando el resto de soda que había quedado en su camisa — ¿cuántos años tienes?

— diecisiete casi dieciocho y tú? 

— Oh.... creí que tendrías como unos... ¿veinte?, yo tengo veintidós.

Él fue al baño a limpiarse para luego volver y seguimos con lo nuestro. Luego mi madre llego y él se fue.

En el transcurso del tiempo Chuck venia, ya había cumplido veintitrés y yo dieciocho. También nos empezamos a ser más cercanos al uno hacia el otro.

— Te traje un regalo.

No pude reaccionar luego de eso ya que me di vuelta y él tenía un CD de Aerosmith. 

Ese día también fue nuestro primer beso ya que de la emoción no pude evitar besarlo, el acepto así que no deje de besarlo. el me invito a citas, algunos recitales también de bandas.

Un día nos dejamos llevar, estábamos solos en mi casa poque mis padres habían salido, el llego, tuvimos nuestra clase y luego nos fuimos a mi cuarto, quería enseñarle en donde había dejado todos los cd's que el me regalaba, él decía que tenía muchos cd's y que me regalaría lo que no usara. Sabía que si mi madre me atrapaba escuchando esa música ella me los quitaría.

Luego de estar un momento a solas, Chuck comenzó a acercarse y nos besamos, el beso comenzó a subir de tono, de un momento a otro nos encontrábamos sin ropa y me entregue a él.

No escuchamos a mis padres, porque entraron a mi cuarto sin permiso, mi padre tomo a Chuck que estaba en bóxer y lo agarro del cabello para echarlo afuera de casa.

Ese día muy estresante, creí que no lo vería más que el solo buscaba acostarse conmigo, pero no me importo al menos ya lo había hecho, me entregue a él por amor. 

Llevaba unos tres días sin verlo igual estaba castigada y como era verano no había clases.

Me encontraba en mi cuarto era media noche y sentí que algo había golpeado mi ventana. Me acerque para ver que había sido y mi sorpresa fue encontrarme a Chuck abajo en mi patio con un ramo de flores.

—Que haces aquí.

—Vine a verte preciosa, no puedo dejar de pensar en ti. — dijo susurrando.

Dicho esto, comenzó a subir hacia mi cuarto, al subir no pude evitar abrazarlo y tampoco pude evitar derramar algunas lágrimas.

—No llores cariño, prometo hablar con tus padres para que te dejen salir y que podamos vernos, sin miedo — limpiaba las lágrimas de mi rostro con sus pulgares.

Esa noche el que quedo conmigo porque le dije que se quedara, no lo quería lejos de mí, lo quería cerca, poder oler su perfume, acariciar sus rizos.

A la mañana se fue y a la tarde volvería para hablar con mis padres.

Mi padre más que nada fue muy duro con él, pero Chuck lo sentía bastante más que nada el hecho de irrespetar su hogar dijo mi padre.

— Me molesto el hecho de que no hayan respetado mi hogar para hacer sus cosas de adolescentes, pero... has venido ante mi como el hombre que eres para pedirme salir con mi hija lo respeto mucho, tienen mi permiso para estar juntos, pero... 

— ¿Pero?

— Déjame hablar T/n, como sigues castigada tienes prohibido salir, pero... Chuck pude venir a verte y pueden estar en tu cuarto para estar a solas, pero no hagan sus cochinadas ni mucho menos cerraran la puerta, ¿está bien?

Abrace a mi papa, era la primera vez que mi papa me daba permiso para algo, luego de mi abrazo Chuck se acercó a darle la mano, mi padre la corrió y lo abrazo.

Chuck y yo nos besamos para celebrar y luego se quedó a cenar.

Esto iba a ser increíble.







One Shot MegadethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora