One Shot Megadeth

𝑪𝒉𝒖𝒄𝒌 𝑩𝒆𝒉𝒍𝒆𝒓

Me moría de calor y no dejaba de sudar.
Pero valía la pena por un delicioso helado de limón, tal vez era un sabor algo peculiar pero a mí me gustaba, era lo único que me sacaba lo caluroso.

Aún seguía esperando, en frente de mí había una chica rubia con rizos.

El heladero atendió a la rubia y ya estaba mi turno.

—Una paleta de limón por favor.— dije amablemente.

El chico me dió una linda sonrisa y se dió vuelta para abrir el mini refrigerador y sacar mi paleta.

Le pagué y me fuí.

Cómo estaba en la playa fuí a mi lugar, tenía una sombrilla morada enterrada en la playa y mi toalla del mismo color estaba tendida.

Me acosté con mi paleta de limón en la mano y le dí una lamida.

Estaba tan bien cuando de repente recibí un golpe con un balón en la cara.

Toque mi rostro y dolía, pero más me dolió ver mi paleta de helado en el suelo cubierta de arena.

Intente buscar al maldito culpable del golpe que recibí con el balón.

Cuando levanto mi mirada veo a un tipo, de rostro redondo y cabello rizado, muy atractivo pero tenía ganas de matarlo.

— Oye estás bien? Lamentó el golp...

Lo interrumpí ya que tome el balde que tenía con arena y se lo arroje en la cara.

— Vete de aquí idiota, tiraste mi helado.

Creí que se enfadaría o me diría algo, pero solo se arrodilló y comenzo a hablarme.

— Lo siento, mira para que estemos bien, te compraré otro helado, qué te parece? — me tendió su mano para levantarme de mi lugar.

— No, no quiero nada ahora. — dije enfadada.

Claro que sí quería otro helado, pero el sujeto de los helados se estaba por ir.

— Iré rápido, ven conmigo y compraré el helado que quieras... Sí? — volvió a tender su mano.

Esta vez aceptaré, me levanté de mi lugar y el también, comenzamos a caminar.

— Emm por cierto... Me llamo Chuck.

— T/n... — respondí.

Nos quedamos en silencio y comenzó a sacarse la arena del cabello.

— Ohh... Déjame ayudarte.— le dije mientras le ayudaba a sacudir su cabello.

El asintió y mientras sacudía su cabello el me miraba, sus ojos seguían cada movimiento que hacía y era como que miraba cada facción de mi rostro.

— Lamentó lo de la arena...

— Lamentó lo de tu helado...

Le dí una sonrisa, me caía mal pero luego de arrojarle arena y que no reaccionara mal, comenzó a caerme bien.

Hicimos fila y el chico nos atendió, nos dió una sonrisa.

— Una paleta de limón? — pregunto el chico.

— Qué sean dos.— respondió Chuck.

El sujeto de los helados nos dió las paletas pero antes de que nos las diera nos dijo...

— Siempre te había visto sola, me alegra que hayas venido con tu novio.

—Ehh no el no es...

— Gracias amigo — contesto chuck cuando me interrumpió.