Capítulo 1 El accidente

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El accidente

7 de abril de 2015

Amanece, es un día primaveral y el sol comienza a colarse tímidamente por mi ventana. Abro los ojos y observo a mi marido durmiendo junto a mí. ¿Hay mayor placer que éste? Lástima que hoy sea martes y toque ir a trabajar... Me levanto con una buena dosis de pereza y voy a la habitación de mi hija que también duerme plácidamente. La miro y pienso en lo rápido que pasa el tiempo, ya tiene casi cuatro años, que mayor que está ya. Me giro y oigo....

-- Mamá ¿ya se ha ido papá? --

--No, aún duerme. ¿Lo despertamos? --Elena asiente con la cabeza.

Al llegar al dormitorio, Liam esboza una sonrisa y sin dudarlo nos abalanzamos sobre él y le hacemos cosquillas. ¡Me encantan estos momentos!

-- Elena, tenemos que dejar que papá se levante o llegará tarde al trabajo. --

Liam tiene que estar una hora antes que yo en la oficina, por eso yo me encargo de llevarla al cole cada mañana.

Mientras desayunamos hablamos de como nos organizaremos por la tarde.

-- ¿Podrás recoger a Elena del comedor a las cuatro? Tengo reunión y no creo que llegue a tiempo.-- Le comento a Liam.

-- Si, no te preocupes, yo la recojo. ¿A qué hora es el cumpleaños de Pablo? --

-- Mi hermana me dijo que sobre las seis, pero me llamará para confirmarlo.--

--¿Tienes ya su regalo? Si estás muy liada yo me encargo.--

-- No te preocupes, le he pedido un libro. Me pasaré a recogerlo después del trabajo. --

-- De acuerdo, pues nos vemos luego entonces. --

Liam toma su último sorbo de café y nos despedimos de él, como un día más.

Miro el reloj y me percato de que vamos justas de tiempo. Me apresuro en arreglarme, ordeno los dormitorios y salimos de nuestro pequeño pero acogedor piso, como un día más.

Las calles son un auténtico hervidero, pero consigo aparcar en doble fila y acompaño a Elena que camina muy diligente, no le gusta nada llegar la última a su clase.

De regreso al coche mi móvil empieza a sonar, es mi hermana Victoria.

--¡Buenos días Laura! ¿Te pillo en buen momento?--

-- Hola, de camino al trabajo. --

-- Era para comentarte que el cumple es a las seis y media. Ya he avisado a mamá y me imagino que papá también se dejará caer....--

-- Ufff, no me apetece nada verlo. Espero que no nos estropee el cumpleaños.

Bueno te dejo, que menudo jaleo hay por aquí. -

-- Vale, nos vemos luego. --

Empiezo a conducir y tomo la salida hacia Madrid. Vivimos en Getafe y me lleva una media hora llegar hasta mi oficina. Menos mal que está en las afueras si no tendría que levantarme bastante antes, es lo que tienen las grandes capitales en hora punta.

La empresa en la que trabajo pertenece al sector privado y está relacionada con las finanzas. Sí, lo mío son los números y se ve que lo hago bien porque me ascendieron hace un par de meses y ahora tengo mi propio despacho.

La mañana transcurre entre presupuestos e informes y casi sin darme cuenta ha llegado la hora de comer. Hoy no me apetecía nada ir al restaurante de la calle de enfrente y me he traído un tupper con ensalada de pasta y una manzana. Además la reunión es en media hora y así por lo menos podré comer con más calma ¡y hasta podré lavarme los dientes!

Por fin termina mi jornada laboral y me dirijo a casa de mi hermana Victoria para celebrar el décimo cumpleaños de mi sobrino Pablo, sin duda lo mejor del día. La reunión se ha alargado un poco más de lo esperado, pero creo que aún así llegaré a buena hora.

Me monto en el coche y me viene a la cabeza que me tengo que pasar por la librería y no estoy segura de si habrá cerrado ya. Ese libro le encanta y está agotado en casi todos los establecimientos, ha sido una suerte que me lo guardaran ¡y qué mejor día para dárselo!

Acelero e intento llegar a tiempo. Tomo el desvío y al girar observo un enorme camión que pierde el control y se viene hacia mí a toda velocidad. Intento esquivarlo como puedo, pero mi capacidad de reacción va más lenta que lo que acontece. Y de repente todo da vueltas, salta el airbag y me hundo en él sin saber que más pasa a mi alrededor... de pronto silencio. Mi consciencia sigue en pie pero siento mucho dolor. No tardo en escuchar las sirenas de la ambulancia que están cada vez más cerca y rezo para que me saquen pronto del coche.

--¿Cómo se encuentra? ¿Puede escucharme?-- Me pregunta la enfermera.

-- Si, la oigo, pero me duele todo.--

Me ponen en una camilla y me llevan al hospital a toda velocidad.

--¿Me puede decir su nombre completo?--

-- Laura Ferrer Mora.--

-- Esté tranquila, la vamos a cuidar bien. --

Llegamos al hospital y me llevan a una sala donde empiezan a hacerme varias pruebas. El dolor persiste y siento cierta dificultad para respirar. Escucho que
estoy perdiendo mucha sangre y que me van a hacer una transfusión. Me niego a cerrar los ojos y dormirme aunque cada vez me siento más débil. Me bajo la mascarilla de oxígeno y les pido que por favor avisen a Liam. Me confirman que ya han llamado a mis familiares, eso me tranquiliza. Tras un rato que no sé determinar, consiguen estabilizarme y parar la hemorragia. Me pasan a la
unidad de cuidados intensivos y un médico viene a mi encuentro.

-- Soy el doctor Buendía. Los compañeros de urgencias han conseguido estabilizarla, pero la estamos monitorizando porque se encuentra en una situación muy delicada. Debe permanecer lo más tranquila posible. --

-- Necesito ver a mi marido. -- le suplico.

-- Veré lo que puedo hacer, pero no se debe alterar.--

Se aleja y espero con impaciencia a Liam. Pasan pocos minutos que para mi son horas y por fin lo veo venir a toda prisa.

-- Laura, no puedo creer que esto haya pasado.....-- llora desconsoladamente.

-- Me encuentro muy débil Liam y necesito hablar contigo.--

Suspiro y me preparo para afrontar las palabras que van a salir por mi boca.

--Quería que supieras que he sido muy feliz a tu lado, gracias a ti olvidé lo dura que fue mi infancia por culpa de mi padre. Me has apoyado siempre y has
sabido darme en cada momento lo que necesitaba. Gracias, nunca me cansaré de agradecerte todo lo que has hecho por mi. Cuida de Elena y sé fuerte por ella y por ti. Sé que podrás ...--

-- ¡Laura no cierres los ojos! ¡Sigue hablándome! ¡Doctor venga enseguida!--

Siento una debilidad extrema, me cuesta la misma vida mover alguna parte de mi cuerpo y sé que el final está muy cerca. Apenas soy consciente de lo que
pasa a mi alrededor, sólo oigo voces. Manos que aprietan las mías con fuerza y que me hacen sentir acompañada.

Nunca imaginé que el día se truncaría así de esta manera, en un instante.
Quizás si no hubiera estado metida en mis pensamientos mientras conducía el resultado hubiera sido otro, pero ya qué más da.

Consigo abrir los ojos por un instante y siento que es el momento de mi partida. Liam está muy cerca de mí y ansío decirle que ya es la hora, que no
tengo miedo, que no sufra y que luche por seguir adelante.... pero no lo consigo....y me voy yendo...me desvanezco y mi respiración se detiene.

Definitivamente hoy no era un día más...

UN VIAJE INESPERADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora