Capítulo 2 La cuenta atrás

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La cuenta atrás

¿Dónde estoy? ¿Ya he muerto?

No veo a mi familia por ningún lado, no quiero irme...pero siento que floto, que me alejo sin más remedio. Una gran fuerza tira de mí hacia no sé dónde y me elevo... Atrás queda el dolor y la pesadez de mi cuerpo. Me siento libre y una enorme paz se va apoderando de mi espíritu.
Que hermosa plenitud, que inmensidad tan agradable, me quedaría aquí para siempre.

De repente se oye algo... un pitido que se repite una y otra vez y que me resulta familiar. Ya no me siento de la misma manera, la sensación ha cambiado por completo.

¿Sigo viva? ¿Qué está sucediendo?

Oigo a gente, ¿médicos tal vez? Abro los ojos.

No entiendo nada, me encuentro en un hospital en el que no había estado antes. Miro a mi alrededor y todo me resulta nuevo.

¿Me han trasladado a otro hospital? Sí, es lo más probable.
Me alivia saber que sigo viva a pesar de todo.

Se me acerca una enfermera y me pregunta como me encuentro, yo apenas puedo articular una palabra. Trago saliva y me tranquilizo.

-- ¿Puede venir el Doctor Buendía?-- Le pregunto, y en este mismo instante mi voz y el acento que la acompaña me hace quedar perpleja, no la reconozco.

-- ¿El Doctor Buendía? Aquí no hay ningún doctor con ese nombre. --

-- ¿Dónde estoy? -- Empiezo a ponerme muy nerviosa.

-- Tranquilícese, sufrió un desvanecimiento y perdió la consciencia durante algunas horas. Le hemos realizado analíticas y una radiografía de la cabeza ya que se golpeó al caer.--

-- De acuerdo, ¿pero me puede decir dónde estoy?-- reitero mientras la voz que sale de mí no me cuadra....

-- Está usted en el Hospital Metropolitano de Monterrey, en México. --

-- ¿Cómo? Ahora sí que no entiendo nada. -- En ese momento siento la necesidad imperiosa de levantarme de la cama.

-- ¡Espere! Hágalo poco a poco, podría volver a marearse. - la enfermera se apresura en ayudarme.

-- Tengo que ir al baño, necesito salir de esta cama. --

La enfermera me acompaña y una vez allí cierro la puerta.

No puedo creer lo que ven mis ojos. No soy yo. ¿Quién es la persona que estoy viendo?

Empiezo a temblar y todo me parece un mal sueño. Empapo mi cara con agua una y otra vez para intentar despertar lo antes posible, pero no lo consigo. Salgo de allí y me encuentro de nuevo con la enfermera.

-- Estoy aturdida....¿podría decirme como me llamo? --

-- Se llama Valeria, ayer se desmayó mientras estaba en su oficina y una compañera llamó al servicio de urgencias. Ha estado inconsciente durante varias horas y ha pasado aquí la noche. Ya tenemos el resultado de la radiografía del cráneo y es completamente normal. En cuanto a las analíticas hemos detectado que tiene una ligera anemia. En breve pasará la Doctora Suárez para recetarle medicación al respecto. Hemos avisado también a su compañera de trabajo y viene de camino para acompañarla en su salida del
hospital.--

Le doy las gracias y se retira.

Intento poco a poco calmarme porque sé que de otra manera no podré salir de allí y verdaderamente lo necesito.

Mi cabeza no para de dar vueltas intentando comprender qué me está pasando. Respiro hondo y me calmo. Tocan a la puerta, es la doctora.

-- Buenos días Valeria, ¿se encuentra mejor? --

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