UN VIAJE INESPERADO

Capítulo 3 Un mundo nuevo

Un mundo nuevo

Es un nuevo día, ayer me quedé dormida en el sofá y no fui capaz de mantenerme despierta tal y como pretendía. Me incorporo y decido recorrer la enorme casa en la que me encuentro. Mientras lo hago una parte de mi siente que algo de allí me pertenece, pero no sé lo que es. Que sensación tan extraña...

De repente suena mi móvil, es Carla.

-- Buenos días Valeria, ¿cómo te encuentras hoy, mejor? --

-- Si bueno más o menos.--

-- ¿Te sientes con fuerza para venir hoy a la oficina? --

Me detengo y reflexiono sobre si es buena idea o no visitar la empresa de la que soy accionista mayoritaria...me decido.

-- Sí, voy a ir. --

-- ¿Seguro? Aún estás un poco débil. --

-- No te preocupes, hoy estoy más animada y me siento mejor. --

-- Estupendo pues nos vemos allí. Te paso la ubicación. --

-- Ummmm.... creo que es mejor que te pases por mi casa y vamos juntas. Por lo menos hoy, hasta que vaya recordando. --

-- Claro, estoy ahí en una hora. --

Cuelgo y siento la enorme tentación de llamar a Liam. Lo hago. Marco su número y empieza a dar tono. De pronto mi respiración se acelera, descuelga y escucho su voz. Mi cuerpo tiembla y siento la necesidad de gritarle a los cuatro vientos que sigo aquí pero de otra manera, que los extraño, que me muero de ganas de ver a Elena, que los necesito.....pero no puedo. ¿Cómo explicarle todo esto? No puedo hacerlo así, no de esta manera. Cuelgo. Respiro hondo para conseguir tranquilizarme pero no lo consigo.

Decido entonces darme una ducha caliente y comer algo, lo necesito. Me dirijo al cuarto de baño, me despojo de la ropa que llevo puesta y me miro en el espejo. Toco mi largo cabello de pelo moreno y ondulado y observo algunos de mis rasgos faciales. Es curioso, la que hace unas horas era para mí una auténtica extraña, la voy sintiendo más cercana....

Me giro y observo una marca del tamaño de una nuez en la parte baja de la espalda, quizás sea una marca de nacimiento....Me meto en la ducha y dejo que el agua caliente relaje todos mis músculos y se lleve por un momento mis dudas y preocupaciones.

Termino y me dirijo al enorme vestidor que hay en el dormitorio. Nunca había visto tanta ropa junta, ni tantos zapatos. Cada cosa está perfectamente colocada en su lugar y por colores, todo parece indicar que Valeria es una maniática del orden, y me gusta porque yo también lo soy un poco. Elijo un atuendo que espero sea adecuado para la ocasión y me arreglo el pelo. Suena el portero, es Carla.

-- Ya estoy aquí Valeria, te espero en el coche. --

-- Muy bien, ya salgo. --

Cojo mi bolso y al salir me cruzo con una mujer que entra.

-- Buenos días señorita Valeria, que tenga buena mañana. --

-- Igualmente. -- le contesto sonriendo sin saber quien es.

Subo al coche y le comento a Carla para que me aclare.

-- Es Rosa, viene todas las mañanas para hacer las tareas del hogar. Me extraña que tampoco la recuerdes, ¡no puedes vivir sin ella! -- sonríe.

Mientras conduce observo la ciudad y compruebo lo distinto de este mundo que ahora me rodea. Definitivamente se trata de un mundo nuevo, pero no lo siento como mío, no me pertenece...

Llegamos al aparcamiento subterráneo de un gran edificio de oficinas.

-- ¿Cuántas plantas de este edificio pertenecen a mi empresa? -- pregunto.