Capítulo 7

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Minho




Llevábamos 5 horas en el laberinto y como era ya de esperarse. Era lo mismo, lo mismo cada maldito día que entrábamos.

Estaba en la sección 4, los demás estaban en sus respectivas de ese día, llevaba un rato con hambre y decidí sentarme en un rincón abriendo la bolsita que Annie había preparado para todos nosotros.

La diferencia en la mía - que ahora se que soy el único - es que a mí me ponía cartitas.

Me empecé a comer el sandwich y pude ver su notita { unté de un lado la jalea y del otro el maní por que se que no te gusta revuelto } reí y terminé mi sandwich para luego leer la otra notita { eres un idiota garlopo, al final lo vas a masticar todo junto, ¿cual es la diferencia? }

Lo importante era que ella lo untaba así por mi, eran esos pequeños detalles últimamente que me hacían flecharme más con ella.

Cuando di la vuelta por la sección 4, había llegado a un lugar demasiado estrecho, gracias a que pisé mal, me caí de espaldas golpeándome la nuca.

Lamentablemente no se si eso fue bueno o malo.












*****

- Y luego, son muy tiernos los dos, ambos son mis amigos, te agradarán mucho. Ellos están encerrados de la misma manera que nosotros, solo que ellos son un poco más importantes por lo que he visto - continuaba diciéndome Newt chiquito - Siempre comemos juntos, se que también te adorarán.

No entendía que hacía ahí, tenía miedo, sí. Pero me gusta tomarle importancia al más mínimo detalle de todo, y algo que he notado es que aquí hay favoritismos.

Newt no paraba de decirme de sus dos amigos, tenía curiosidad de ver lo increíble que eran, o al menos así los describía el rubio.

Llegué apenas hace una semana y en ningún día quise comer lo que daban ahí, por lo que jamás iba a la cafetería, pero Newt insistió en que sus amigos serían buenos amigos míos también.

- Mira, allá están - apunta a un castaño y una pelirroja quienes ya lo saludaban sonriente - Sígueme.

Decidí seguirle su paso y pude ver a los dos con más detalle, eran adorables, pareciera que no rompían ningún plato. Pero no me fiaba de ellos.

- Él es Minho, ¿puede sentarse con nosotros? Apenas llegó.

- Lo sabemos - la pelirroja le dio un golpe al castaño y él se quedó callado, como si hubiera dicho algo malo.

¿Cómo era eso de que ya lo sabían?

Comimos los cuatro juntos y a decir verdad, no caían tan mal, eran divertidos y debo admitir que la niña era muy linda - demasiado

***

- No se come con la boca abierta, Minho - rueda los ojos ella. Ya nos llevábamos mejor, habían pasado varias semanas desde que nos conocimos, con nosotros se nos habían sumado tres chicos, Alby, Winston y Gally.

A Annie y a mí, nos encantaba hacerle bromas a Gally, pero lo que era entre nosotros, es que jamás nos dejábamos de fastidiar, siempre estábamos discutiendo o algo.

- ¿Oh en serio? ¿Te molesta el ruido de mi paladar masticando? Para hacerlo más fuerte - digo abriendo la boca y masticando toda la comida mientras ella me ve con cara de asco y molestia.

The Maze Runner - MINHO - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora