Capítulo 12

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Minho



Después de que el niño había llegado, todo estaba mucho más tranquilo de lo normal.

No había problemas, no había peleas, no había nada, Ben y yo ya no pudimos encontrar aquella parte en la sección 3.

Mi zanahoria cada día se hacía mejor cocinera y Bobby era siempre el que estaba con ella, lo noté desde el momento en el que llegó.

Ellos dos se habían hecho muy cercanos, todos lo podíamos notar, era algo divertido sinceramente, ambos eran muy torpes y bondadosos.

Por eso y más amo a aquella chica, desde aquel beso no habíamos podido hablar nada, más sin embargo, ambos estábamos más que bien, nos molestábamos y lo demás como siempre, pero ahora ambos admitíamos que sentíamos algo por el otro, ella seguía mandándome cartitas, seguía pegándome, pero algo se sentía diferente, ella era diferente al resto.

- Hola, linda - entró a la cocina depositando un beso en su mejilla que la hace ponerse rosada de la cara - Te ves hermosa - ella me pega y me quejo - ¿Y eso por qué?

- Me caes mal, me fastidia sentir mis mejillas calientes.

- ¿Quién tiene picaduras calientes? ¿Es gally? Por qué ayer puse hormigas rojas en su hamaca.

Annie y yo nos volteamos a ver y sonreímos negando por las ocurrencias de Ben.

- Hoy huele diferente - digo apreciando el olor - ¿Nos hiciste algo especial?

- Hice muffins de mora, últimamente el huerto a dado mucha y ya no sabemos qué hacer con ella - Bobby asiente a lo que ella dijo comiéndose uno como si fuera un muerto de hambre.

- Y están deliciosos - dice con la boca llena a lo que le hago mala cara y me saca la lengua.

- Annie mira lo que hizo - lo apunto y él le sonríe a lo que ella hace lo mismo - Es un diablillo, ocupa aprender a respetar a sus mayores, voto por aventarlo al laberinto.

Ben y Annie me miran serios y me largo de ese lugar indignado, yo quería la atención de la pelirroja en mi, no en ese niño.

- Creo que tienes competencia.

- Cállate, Ben.








***





No estaba seguro en que sección estaba, había pasado la 2, en estos momentos me encontré con un pasillo alargado que era rodeado de un vacío sin fin.

Pero el pasillo estaba decorado por cuadros de piedra, todos parecían ser iguales, ese era el problema, llevo tres años recorriendo el laberinto, y en menos de dos meses ya encontré dos cosas que jamás había visto.

Eso daña mi ego, según yo, lo sabía como la palma de mi mano, pero si algo se, es que el laberinto es quisquilloso, tiene mente propia para mí, él y yo jugamos todos los días, desde el día uno que pise este lugar. Y yo no dejaría que me gane.

Pero para eso, agaché la cabeza, ocuparía más ayuda.

Ben era el único que sabía lo que sentía por Annie, aparte de Newt, así que tenía que soportar los regaños y burlas de Ben dentro del laberinto y de Newt, dentro del claro. En ninguna me salvaba.

Al llegar al claro veo a todos los que estaban cerca comiendo muffins, todos parecían encantados, ¿y cómo no? Mi zanahoria los hizo.

Me adelanto a la sala de mapas pues Ben me dijo que estaba cansado y lo mandé a dormir.

Al adentrarme ahí pude notar que alguien estaba dentro, me enojé apenas entrando pero al verla ahí sentada con dos muffins en la mano con una sonrisa, se me fue todo enojo del cuerpo.

Mi cuerpo se relajó y olvidé todo - ¿Querías asustarme acaso?

Ella niega acercándose - Quería que probaras mi muffin.

- Ya lo hice, me robé uno en la mañana junto con Ben - ella me da un golpe en el brazo y me acerco a ella acorralándola a la pared con suavidad.

- Come - susurra acercando el muffin a mis labios mientras me mira directo a los ojos.

Abro lentamente mi boca y acaricio el suave pan con mis labios mirándola, saco un poco la lengua para saborear el glaseado que le puso y le doy una mordida pequeña y lenta.

En sus ojos pude verlo, y en mi cuerpo pude notarlo, necesitaba de ella, así como ella de mi.

Pero como me encantaba este juego, esta adrenalina, estas ganas, esos huecos en el estómago por los nervios.

Tomo su mano derecha y le quito el muffin, ahora era yo quien se lo acercó, era mucho mas alto que ella, podía ver su inocente carita mirándome hacia arriba. Ella lame el glaseado bajo mi atenta mirada que - debo admitir - ya no era solo de pensamientos lindos y sanos -

Da una pequeña mordida donde sus labios del grosor y brillo perfecto se ven a la perfección, el como se juntan para tomar ese trozo, y el como los lame después de que las boronas quedaron esparcidas por estos.

Un poco de glaseado le quedó en la parte inferior del labio de abajo y antes de que pudiera quitárselo, ella lo hizo con su dedo índice y se lo llevó a la boca.

Eso había colmado ya toda mi paciencia. La necesitaba. Ahora.

Pongo mi pierna entre las de ella y la tomo fuertemente de la cintura para estampar mis labios con los de ella.

- Annie - escuchamos que alguien grita golpeando la puerta - ¿Al chino le gustó su muffin?

Maldito niño miertero, juro que por la noche le taparé la boca con lianas de árbol y me lo llevaré a rastras a las puertas del laberinto apenas estén cerrando.

Annie se separa de mi agitada, ¿agitada de qué? Apenas la pude besar.

Me callo, pues yo también estaba muy agitado, y se me notaban otras cosas, más que a ella.

- Bobby te dije que tú no puedes venir para acá - el niño agachó su cabeza y asintió pidiéndole disculpas.

- Lamento haber venido aquí, chino. Se que solo solo los corredores pueden hacerlo - me apiado de él y le sonrío cortamente sacudiéndole el pelo.

- Que no vuelva a pasar - él asiente yéndose.

Annie y yo nos miramos y sonreímos nerviosamente - Yo debo, bueno, espero te haya gustado.

- El ¿que de todo? - ella sonríe y vuelve adentro para cerrar la puerta.

- No lo sé, ¿qué te gustó más? - se va acercando con una mirada que - ¿para que negarlo? - me mataba - ¿El hecho de que nos besamos? ¿O el hecho de que hubieras querido que lamiera otra cosa? - ahora era yo quien estaba contra la pared, era tan inocente y tan linda, que no podía creer realmente que estuviera de esta manera con ella.

- Bésame por favor - ¿yo pidiéndolo? ¿Por favor? ¿Desde cuando lo digo?

- Nah - se muerde el labio acariciando mi pecho - Pídelo de mejor manera.

Oh, vaya que me tomo muy en serio lo que ella me dice, la tomo de la cintura y le reparto dos besos en cada mejilla, dos besos a cada lado del cuello, después bajo por todo su pecho hasta quedar de rodillas sosteniendo sus caderas.

- Bésame, por favor.

- Minho, ven a cenar, y si ves a Annie también dile que venga - la voz de Newt retumba en mis oídos y escucho la suave risa de Annie.

Maldigo en mis adentros no estar solos en el claro.

Siento como ella aprieta mi cabello mientras sigo agachado y me hace mirarla hacia arriba. Me sonríe tiernamente y se agacha a donde estoy.

Deposita un suave beso en mis labios y se va dejándome ahí.

La amo.


















































Gomixkill_43

The Maze Runner - MINHO - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora