The Maze Runner - MINHO -

Capítulo 16

Annie

Después de dos semanas, Chuck, Bobby y yo éramos tan unidos, esos dos niños lo eran todo para mí.

Estábamos esperando a Minho que llegara del laberinto, bueno, perdimos la noción del tiempo haciendo paletas, pero nadie sabía dónde estaba él.

Estábamos por las puertas, todos, ni siquiera Ben sabía dónde estaba, ya todos habían llegado excepto él, ningún corredor lo vio llegar, ni nadie, ni siquiera se lo toparon en el camino.

¿Dónde carajos estaba?

Las puertas comenzaron a cerrarse - Newt, debemos hacer algo, por favor debemos entrar.

- Va contra las reglas, Annie. Lo sabes bien.

- Al diablo con las reglas, Gally. No puedo dejarlo ahí. Alby, por favor - el mencionado y Newt eran los que más se mantenían en silencio con nudos en la garganta.

Cuando las puertas estaban ya casi por cerrarse, una voz de un chico apareció en mi cabeza - Entra, Annie. Tú sabrás que hacer, es tu oportunidad.

A pesar del horrible dolor de cabeza que tuve, hice caso, todo a mi al rededor pareció esfumarse, el ruido, las paredes, todo. Solo podía saber que estaba corriendo por un gran pasillo y ya.

Cuando caí de golpe a la roca me di cuenta de lo que había hecho. Entré al laberinto, volteo con miedo, era escalofriante, la luz era tenue, algo tenebroso, las paredes altas evitaban que la poca luz del día que quedaba entrara.

Seguí mis instintos al escuchar quejidos de animales, me armo de valor y decido seguir lo que mi cerebro está mandando.

Debía encontrar a mi novio. Pero también, debía encontrar algo.

***

Parecía saber esto a la perfección, ¿cómo no? Tú lo creaste imbecil - touché a mi voz que soy yo misma -

Llegué a un centro donde decía sección 3, recuerdo haber visto esto en mis recuerdos, ahorita se abriría un pasadizo.

Dicho y hecho se abrió, pero algo dentro venía para acá, un penitente, genial.

Me escondo bajo la roca de enfrente, que horrible era ese animal, igual a mis sueños, igual a como lo cree hace años.

Cierro los ojos con fuerza, ¿donde mierda estás, Minho?

Según hoy solo recorrerían las secciones cercanas, ya pasé por dos, dónde estaba el imbecil.

Cuando el penitente se marchó, pude adentrarme al pasadizo, más en frente pude notar lianas.

- ¿les puse código también a las lianas? -

Aquella voz - que era la mía en aquel recuerdo - resonó por mi cabeza. Un clic dentro de mi cerebro sonó y recordé, era un código, y atrás de las lianas estaba la salida, pero no recuerdo muy bien cómo perfeccioné el código.

Minho no pudo llegar para acá, me alejo yéndome para otras secciones, tenía miedo, por supuesto que si, pero vamos, yo hice esto, me da más miedo regresar mañana y saber cuál será mi castigo, tal vez si finjo lesionarme me tengan lástima.

Minho

Despierto con un dolor de cabeza horrible, estoy en un maldito hoyo en toda la tierra que los estúpidos del huerto hacían a veces.

Recuerdo haber llegado del laberinto todo ido, no podía ni fijar mi vista de una manera correcta, todo me daba vueltas.

Me levanto de golpe, era de noche y escuchaba muchos gritos y lloriqueos de los niños.