CORREGIDA EN SU VERSION FINAL EN INKITT
Desperté por la discusión y los gritos de mis papás en el comedor.
Vi la hora en mi reloj de mesa y apenas eran las seis de la mañana.
Gruñí entre dientes sabiendo que no podría seguir durmiendo porque ellos no iban a dejar de gritar a menos que se fueran lo cual casi nunca ocurría.Tomé mi toalla para salir al baño y tratar de empezar el día con la mejor actitud a pesar de todo, grave error.
Apenas salí mi mamá me miró como si fuese un fantasma, se nota que estaba terrible metía en alguna volá química.Tenía los ojos más abiertos de lo usual, las pupilas dilatadas y ojeras gigantes.
Estaba con una polera de tirantes que me dejaban ver lo flaca que estaba por darle prioridad a una droga antes que a la comida.
Mi papá por otro lado con el pantalón mal abrochado, una musculosa manchada con vino, su cara roja e hinchada por tomar tanto mientras seguía insultando por lo bajo.Los dos me miraron mientras me encerraba en el baño, me ponía nerviosa escuchar a mi mamá sorbeteandose los mocos y pasándose la mano por la nariz como si tuviera restos de las weas que anda jalando.
Me apoyé en la puerta para ver si escuchaba algo de lo que discutían anteriormente pero se quedaron callados.No tuve ningún apuro en bañarme y aprovechar de ocupar una presto para depilarme las piernas porque si quería aparentar ser una adolescente normal no podía llegar con piernas de oso el primer dia de clases, no sabiendo lo jodidas que son las minas de mi edad y lo crueles que pueden llegar a ser con ese tipo de cosas.
Cuando salí envuelta en una toalla me encontré a mi mamá sentada en el sillón, moviéndose inquieta con esos gestos que me dejan pa la caga porque se le nota la angustia y en ese estado es loca.
— Hija, ¿prestame platita? —Me preguntó ansiosa.
— No me queda. —Le mentí.
Desde que tengo siete años me ha tocado trabajar para no morirme de hambre y mantener a mi pequeña y rota familia.
Con esa edad lo único que pude hacer fue trabajar en la feria, una señora que vendía ensaladas me había dado una oportunidad. La tia Rosa.La tenía que ayudar a porcionar las weas y cerrar las bolsas como globos, ordenarlas y todo eso.
Ahora que había crecido me dejaba ayudarla a contar la plata y dar vuelto porque ella sabía que me costaba hablar con la gente por lo que no era de mucha ayuda vendiendo.Durante las vacaciones trabajé todos los días menos los lunes y ahora que entraba a clases debía ver si trabajaba los domingos, tenía toda mi plata ahorrada guardá en mi pieza y mi vieja sabía eso.
— Yapo weona mentirosa, si sabí que te la voy a devolver. —Se levantó del sillón para acercarse molestandose de un segundo a otro.
— Metí la plata en el banco, no me queda nada aquí. —Seguí con mi mentira y entré a mi pieza ignorando sus llamados suplicantes y golpes en la puerta.
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E U P H O R I A [Tokyo Revengers]
Fanfictioncreias que cambiar de escuela te ayudaria hacer nuevos amigos y romper una cadena de desgracias en tu vida. jamás imaginaste que caerías en los brazos de una pandilla y que te verías envuelta en nuevas experiencias, romances caóticos y un montón de...