E U P H O R I A [Tokyo Revengers]

Capitulo 10: Confusion

Mi llanto había parado, sin embargo aún tenía ese hipo y suspiros llenos de tristeza cada que intentaba hablar.
Los cabros esperaban con paciencia que me calmara y estuviera lista para responder todas sus dudas.

— Si no me decí quien fue voy a dejar la cagá t/n. —Me dijo el Mikey al ver que solo negaba cada que me preguntaban que me había pasado en verdad.

— Eso no ayuda Mikey. —Lo retó el Draken.

— ¿Como que no? ¡Mira como tiene su cara! ¿Te intentaron hacer algo?

— No...

— ¿Entonces? Yo te dije que eres parte de nosotros, ¡eres mía! Todo lo que te hagan a ti es como si me lo hicieran a mi, no me voy a quear de brazos cruzaos mientras tratai de evadir que alguien te esta haciendo daño, no si puedo hacer algo.

— El Mikey tiene razón, nos tení a nosotros. Si alguien te hizo algo nosotros mismos le sacamos la chucha y nunca más te vuelven a poner una mano encima. —Negué otra vez a las palabras del Baji.

Sonaba esperanzador pero ellos no podían hacer nada.
No quería seguir mintiendo, no quería guardarme más mis problemas pero tampoco quería que ellos se involucraran. Mi papá podía hacerles algo, sus amigos... ¿Como podía seguir viviendo si les acarreaba mis problemas?

No quería seguir pensando, quería despertar de la pesadilla, dejar todo atrás y solo había una forma de hacerlo.
Después de todo ellos sabían las adicciones de mis viejos y no iba a ser tan sorprendente.

— Fue mi papá. —Confesé en un susurro.

El silencio fue irritante y tenso por unos segundos que se me hicieron eternos, ellos se limitaron a mirarse entre sí. Era obvio que no esperaban esa respuesta.

— Esto no es nuevo para mi y no quiero que se preocupen respecto a esto... —Les pedí al ver que me estaba poniendo ansiosa por su silencio.— Igual fue mi culpa por hacerlo enojar...

— ¿Se pueden ir? Necesito que hablemos solos. —La demanda del Mikey me dejó un poco confundida, sin embargo mi sorpresa fue mayor cuando todos se pusieron de pie y obedecieron sin protestar. Incluso el Draken.

Una vez solos el Mikey se echó para atrás en el pasto y levantó la mirada al cielo con los ojos cerrados. Lo observé un rato mientras el mantenía su respiración calmada, como si en cualquier momento fuera a quedarse dormido.
Tenía la necesidad de saber que pensaba, ¿que pretendía lograr?

— ¿Por que decí que fue tu culpa? —Su voz sonó suave, manteniendo su postura.

— Porque si, no le avisé que iba a salir y además me vió las marcas en el cuello...

— ¿Como te pegó? ¿Como te hizo eso en la pierna?

Me acomodé un poco incómoda, sentía el nudo en mi garganta volver a formarse.
Por más veces que esto se repitiera siempre me dejaba muy sensible recordar sus golpes.

— Mh, pucha cuando llegué me pegó en la cara por no aparecer durante la noche... y después en la tarde cuando me vio los chupones... —Se me quebró la voz y tuve que tragar para no llorar.— Ahí me pegó con el cinturón.

Respiró pesado y soltó un suspiro, me miró negando.

— ¿Solo te pegó en la pierna? —Asentí mirando el suelo.— ¿Por que me mentí?

Negué cerrando mis ojos, incapaz de hablar. El Mikey parecía saberlo todo y yo seguía con mis mentiras.

— No tení porque seguir viviendo eso, no me interesa que sea tu papá o cualquier weon, no pueo quedarme de brazos cruzados viendo como te lastiman. Déjame hablar con el.