Capitulo 06: Besito

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Kazutora entró a su casa haciendo el menor ruido posible, su sigilo era increíble así que con éxito llegó a su pieza y cerró con pestillo. Después del susto de esa misma mañana donde un apoderado lo vió vendiendo marihuana y aviso a las autoridades del colegio llamando a los pacos pensó que iba a tener serios problemas.
Pero le quedaba un 0,5 y sinceramente, un estudiante de tercero medio con eso no alteraba a los pacos como para perder el tiempo haciendo un procedimiento innecesario.

— Primera y última vez... —Le advirtieron más que nada por protocolo y se fueron. Aún así estuvieron interrogando el porqué le estaba dando droga a otro estudiante con charlas de lo que era el micro tráfico y los problemas que podían traerle si seguía por ese camino pero logró salir de eso.

Antes de volver a su casa había ido a comprar mas, así que abrió su mochila para encontrarse con lo que había traído y empezar a preparar cada bolsita con lo justo para las ventas.

Era harto, le picaban las manos solo de pensar en lo fácil que era hacerse la plata vendiendo marihuana y pastillas en el colegio, ya tenía la fama de vender buena mercancía y era bastante solicitado.
Estaba feliz por ello y por la ayuda que le daba Hanma.

En la tarde cuando ya tenía todo listo, guardó la mayoría debajo de la cama para luego contar lo que se había hecho el primer día en el colegio.
Ciento ochenta mil pesos exactos que lo hicieron sonreír con superioridad, a ese paso no le tomaría ni medio semestre poder irse de su casa y arrendar un mejor lugar.

Metió un poco en su mochila para salir a vender algo, si solo vendía en el colegio se iba a demorar más, en eso escuchó la puerta principal y salió para encontrarse a su mamá.

— Hola. —Dijo guardando las manos en los bolsillos de su pantalón para ver como ella dejaba algunas bolsas sobre la mesa.

— Hola. —Suspiró evitando mirar a su hijo.

Ella lo culpaba de que ahora su marido estuviera detenido, comenzó a ordenar sin prestarle atención.
Esa indiferencia siempre lograba descomponer un poco la estabilidad emocional de Kazutora.

Su vida nunca fue sencilla, creció en un entorno familiar tóxico y violento donde la mayoría de las veces el maltrato físico ganaba.
Se vio entre sus padres muchas veces y vivió años atemorizado en la sombra de su padre que buscaba la disciplina en los golpes.
Pero ya no era un niño que aguantaba todo y eso hacía que el rechazo mutuo creciera en las cuatro paredes de su hogar.

— ¿Que fue a comprar?

— ¿Por que no te vai a otro lado mejor? No tengo ganas de verte la cara. —Soltó con cierta agresividad.

— Ahh ya, ¿enserio te la vai a echar conmigo por defenderte? —Se molestó.

— No me teniai que defender de nada, hiciste un drama innecesario y ahora tu papá puede quedar preso quizá cuantos años, ¿estai feliz con eso?

— Obvio po si viene a puro pegarse el show y sacarte la chucha, tai weona que me voy a quedar mirando. —Negó.— Ya no tengo naa once años pa quedarme llorando y dejar que me saqué la chucha a mi también.

— Hablai puras weas, andate de acá antes de que te eche a los pacos a vo también por andar vendiendo weas.

— No puedo creer que te hagai la chora conmigo, cuando ese viejo culiao vuelva a sacarte la chucha otra vez no me voy a meter. —Se fue a su pieza a tomar su mochila lista para salir a vender.

— Hace tus weas callao no más que se te acaba el tiempo pa irte de acá. —Le dijo golpeado mientras él salía de la casa.

La adrenalina corría por sus venas, que su propia madre le diera la espalda después de todo lo que habían aguantado juntos era el colmo, pero no le sorprendía.
Para ella el siempre había sido difícil de manejar y desde que se casó con su padre estaba acostumbrada a doblegarse a él por su dominancia y golpes.

E U P H O R I A [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora