Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2

Como quieras llamarlo.

Entro en la cocina de la casa, Max esta en su celular, mientras judith pinta. Me cruzo de brazos y espero.

— Judith, ¿viste las flores que hay en la mesa de la entrada? — le pregunta max, sin quitar la vista del celular.

— Si, ¿te las dieron a ti?.

— No, pensé que te las habían dado a ti — le responde.

— Están muy lindas — sonrie — Demasiado.

— Ya basta — me miran — ¿Por qué lo hicieron?.

— ¿Hacer que cosa? — responde max con otra pregunta.

— Si, ¿que cosa?.

— Llamar a daryl, las flores.

— ¿Te viste con daryl? — pregunta max.

— ¿Y te llevo flores? — miro a judith — ¡Eso es una buena noticia! — exclama.

Bien, al parecer quieren jugar a que no saben nada, aunque me causa un poco de frustración, admito que es divertido esto.

— Ya se que ustedes dos planearon eso — recargo mi manos en la isla de la cocina — ¿Por qué? — se miran entre ellos — Y quiero una respuesta ahora.

— Bien, fue mi idea — dice judith — Pero no quería que te enojaras.

— No, no estoy enojada — me mira — Pero no estuvo bien que hicieras eso.

— pero, ¿por qué? — relamo mis labios — Si él te quiere y tu a él.

— No se trata solo de amor, Judith. Hay muchas cosas en juego aquí, cosas que necesito entender antes de decidir cualquier cosa.

Judith bajó la mirada, sabiendo que su inocente intento por unirme con Daryl había complicado solo un poco las cosas.

— Lo siento, tía anne. Solo quería que fueras feliz — murmuró.

— Oye, pero si yo soy feliz — me mira y sonrio — Además, gracias a ti pude hablar con daryl.

— ¿Se contentaron?.

— Bueno, hablamos y somos amigos.

— ¿Amigos? — max frunce el ceño — Bueno, no salio como esperábamos pero es un gran paso.

— Recuerda que también esta negan — le dice judith — Y si mi tía se hace novia de mi tio daryl... ya no puede ver a negan, ¿verdad?.

Me entra una llamada de Lori. Pongo el celular en mi oreja y relamo mis labios.

— ¿Todo esta bien?.

— Despertó anoche — suspiro — Rick despertó.

— Es una gran noticia, ¿quieres que vaya?.

— Si, pero... daryl esta aqui.

— No importa, voy para allá — cuelgo — Tu papá ya despertó.

— ¡¿Enserió?! — asiento — ¿Puedo ir?, ¿podemos?.

— Si. Max, ¿quieres venir?.

— No, tengo que ir por algunas cosas.

— Bien, vamos pequeña — la ayudo a bajar de la silla — ¿Nos vemos para en el restaurante?.

— Si, ahi estaré.

— Vamos, tía anne. Vamos

El trayecto hasta el hospital estuvo lleno de ansiedad y anticipación. Judith no dejaba de hacer preguntas sobre cómo sería ver a su padre después de estos días. Yo intentaba responder con calma, tratando de transmitirle tranquilidad.