La primera

35 8 5
                                    

Sus manos tocan mi cintura mientras me muevo encima de él. Jadea, ese sonido exquisito que tanto me gusta escuchar.

— Nena, por favor...

Sus dedos se hunden en mi piel, guiándome con una presión fuerte. Al estar yo arriba tengo el mando, y eso lo hace querer ir más rápido. Pero no quiero obligar a mi cuerpo a movimientos que no quiere hacer, aunque tampoco quiero no hacerlo no llegar.

— Anni, más rápido — susurra.

Sus ojos están cerrados, pero sé que siente cada parte de mí, cada roce, cada caricia. Yo, en cambio, no puedo apartar la mirada de él, de su expresión de puro placer. Me inclino hacia delante, mis manos en su pecho y gimo. Sus labios se abren ligeramente y un gemido bajo escapa de ellos, resonando en mis oídos como música.

Daryl no resiste tanto y me da vuelta, ahora él tiene el control sobre todo.

— Siempre te gusta tener el contro, ¿no? — gimo — ¿No podías esperar?.

— No... si, bueno no — me embiste más — Solo... solo silencio.

Siento su miembro tensarse dentro de mí. Está a punto, y nunca he hecho algo como lo que voy a hacer, pero lo necesita.

— Me pones muy muy caliente — abre sus ojos — No sabes cuanto.

— No... no hagas eso — jadea fuerte.

— Me encanta que me... — me quedo en silencio cuando daryl termina dentro de mí — Ha estado, bueno.

— ¿Solo bueno? — arquea sus cejas.

— Solo bueno — bromeo — Vamos, rosita nos espera.

— ¿Enserió tenemos que entrar? — miro la casa frente a nosotros.

— Tú querías venir — arreglo mi vestido y salgo del auto.

— Si, y ya sabrás el porque — frunzo el ceño y toca la puerta.

Rosita abre y sonríe. Le da un abrazo a Daryl y luego me abraza.

— Pensé que no vendrían.

— No encontraba mi celular — respondo.

— Pasen, ya están todos — entramos en la casa — Chicos, quiero que conozcan a Abraham.

Un hombre pelirrojo y grande se acerca a nosotros con una sonrisa.

— Hola, soy Abraham — dice, extendiendo la mano.

— Anne, un placer conocerte — respondo, estrechando su mano.

Daryl también se presenta. Aquí están todos, Aaron y Max, amigos de Rosita, mi prima jess.

— ¡Jess! — chillo y la abrazo — No pensé que estarías aquí.

— ¡Sorpresa! — dice jess, riendo — Tara me invito.

— ¿Te piensas quedar?.

— Si, me convenció — sonrio.

Nos acomodamos en el salón, el ambiente se llena de risas y charlas animadas. Rosita y Abraham se ven felices juntos, y es fácil ver por qué. Abraham tiene una personalidad magnética, y rápidamente nos hace sentir a todos bienvenidos.

— Así que, ¿cómo se conocieron ustedes dos? — pregunta Daryl, sonriendo.

— Fue en una fiesta de un amigo en común — responde Rosita, sonrojándose ligeramente —. No podía dejar de mirarlo, y bueno, aquí estamos.

Abraham la mira con una ternura que me hace sonreír. Es evidente que están enamorados, y me alegra ver a Rosita tan feliz.

Por otro lado esta Max. No estoy enojada con él, pero sé que siente que sí, y no es así. Me dolió que pensara que no me importaría su felicidad, que yo reaccionaria mal por Aaron.

Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora