Es tu culpa

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Si, admito que estar en casa puede ser muy relajante, pero también muy agobiador.

Y sobre todo con los sietes guardias en el porche de esta casa. Daryl exagera mucho, aunque también me cuida.

Y se lo agradezco, pero esto es agobiante.

No han vuelto a llamar "los amenazadores" y ahora, porque yo lo sé, contrato más guardias.

No siquiera dejó que llevara a Judith al colegio, bueno. Le quedaba de paso.

Bueno, al menos hay algo que si puedo hacer.

Pongo música y empiezo a bailar. Al principio, mis movimientos son lentos y suaves, trato de dejar que la música me envuelva y me saque de este encierro. Poco a poco, me dejo llevar más y más por el ritmo, moviéndome con más libertad y energía.

Siento cómo el estrés y la frustración se disuelven con cada giro, cada paso. Bailar siempre ha sido una forma de liberación para mí, una manera de conectarme conmigo misma y olvidar por un momento todo lo que me preocupa.

Y aunque aún tengo mi pie malo, el dolor ya no lo siento, bueno. Solo un poco.

Me entra una llamada y bajó el volumen de la música.

Daryl.

¿Todo bien?

Anne

Todo bien.


Daryl: Bien, Tony irá por unos papeles que están en mi oficina ¿Puedes buscarlos? Es una carpeta roja.

Anne

Listo.

Cuelgo la llamada. Suspirando, me dirijo a la oficina de Daryl. Me siento un poco culpable por estar molesta con él, pero también entiendo que no puedo simplemente aceptar todo sin cuestionar. Encuentro la carpeta roja en su escritorio y la tomo, sintiendo el peso simbólico de las decisiones y secretos que circulan en esta casa.

Además de la carpeta, también encuentro el folleto de la presentación de natación de Maya. Me había olvidado de su competencia, pero al verlo, siento una oleada de emoción y orgullo por ella.

Llevo la carpeta a Bertha, quien está en la cocina preparando el almuerzo.

- Aquí tienes la carpeta roja que Daryl necesitaba. Tony vendrá a recogerla - le digo, entregándosela.

Me despido y me preparo rápidamente. A pesar de las tensiones recientes, quiero que Maya sepa que estoy aquí para ella, y su competencia es una excelente oportunidad para demostrarlo.

Llego a la piscina justo a tiempo para ver a Maya y los otros niños preparándose. La veo nerviosa, pero cuando me ve, sus ojos se iluminan y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa, tratando de transmitirle toda la confianza y apoyo que pueda.

Ella busca con la mirada a Daryl, pero no lo ve, y vuelve su vista al frente.

En todo el camino no respondió a mis llamadas. Se olvidó del día mas importante para Maya.

El disparo suena, y con ellos, los niños se lanzan a la piscina. Observo a Maya moverse con determinación, su esfuerzo evidente en cada brazada. A pesar de la tensión, su talento y entrenamiento brillan.

Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora