Familia

24 7 5
                                    

Limpiar el granero es todo un reto para nosotros. Vamos, que solo somos Shaw y yo.

— ¿Estás segura de que quieres hacer esto hoy? — pregunta Shaw, mirándome con una ceja levantada.

— Sí, claro — respondo, atándome el pañuelo alrededor del cuello para protegerme del polvo — Necesito mantenerme ocupada.

— Bueno, entonces manos a la obra — dice Shaw, sonriendo mientras agarra una pala.

Empezamos a trabajar, quitando el heno viejo y barriendo el suelo. El polvo se levanta en el aire, haciéndonos toser, pero seguimos adelante, determinados a dejar el lugar impecable.

— ¿Recuerdas cuando éramos niños y papá nos hacía limpiar esto todos los veranos? — pregunta Shaw, rompiendo el silencio.

— Sí, era la peor tarea del mundo — respondo, riendo — Pero también recuerdo que después nos recompensaba con helado.

— Es verdad — dice Shaw, sonriendo — Esos eran buenos tiempos.

Seguimos trabajando en silencio por un rato, concentrándonos en nuestra tarea. El trabajo físico me ayuda a despejar la mente y a dejar de pensar en mis problemas por un momento.

— También recuerdo que jugábamos a las escondidas y, te escondiste aquí — señalo, el establo — Un caballo por poco te patea.

Shaw ríe.

— Si, lo recuerdo muy bien.

Pasamos el resto de la mañana trabajando en el granero, y aunque es agotador, también es gratificante ver el lugar transformarse poco a poco. Finalmente, cuando terminamos, nos miramos el uno al otro y sonreímos.

— Buen trabajo — dice Shaw, dándome una palmadita en el hombro.

— Igualmente — respondo, sonriendo.

Volvemos a la casa, donde mi madre nos espera con limonada fresca y bocadillos. Nos sentamos en el porche, disfrutando del descanso y de la compañía familiar.

— Gracias por ayudarme con el granero — le digo a Shaw, levantando mi vaso de limonada.

— De nada, hermana. Siempre es un placer trabajar contigo — responde, sonriendo.

Mientras nos relajamos en el porche, siento que, aunque las cosas con Daryl están complicadas, al menos tengo a mi familia para apoyarme. Y eso, en este momento, es suficiente.

— ¿Cómo vas con Amy?

— De eso quería hablarte — dice.

— ¿Qué pasa?

— ¿Piensas volver a casa? — niego — Le dije que Amy que viviéramos juntos, ahí.

— Esa es una buena noticia, felicidades.

— Gracias, pero necesito tu opinión — dice Shaw, mirándome con seriedad.

— Claro, dime — respondo, tomando un sorbo de limonada.

— Estoy preocupado por mamá y papá. Si me mudo, estarán solos. Y sé que tú tienes tus propios problemas con Daryl, pero... ¿crees que puedan manejarse solos?

— Shaw, ellos son fuertes. Han manejado esta granja y todo lo que conlleva durante años. Y además, siempre estaremos cerca para ayudar si nos necesitan — le digo, tratando de tranquilizarlo — Además, tienen a patricia y Otis.

— Tienes razón, pero aún así me preocupa dejarlos — dice, suspirando.

— Entiendo. Pero también necesitas vivir tu vida y seguir adelante. Y Amy es importante para ti — digo, dándole una palmada en el hombro — Estoy segura de que mamá y papá estarán bien. Y nosotros siempre podremos venir a echar una mano.

Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora