— Por favor, quiero comer panqueques — me dice Maggie — Estamos cerca de un pequeño restaurante.
— Nos atrasariamos.
— Es por tu sobrino ¿lo harías por él?
Suspiro y miro a Maggie, sabiendo que está usando el truco de "hazlo por el bebé". No puedo resistirme a eso.
— Está bien, vamos por panqueques — digo, cambiando de dirección hacia el restaurante que Maggie menciona.
Llegamos al pequeño restaurante, un lugar acogedor con un ambiente familiar. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y una camarera amigable nos atiende de inmediato.
— ¿Qué van a pedir hoy?
— Panqueques con fresas y crema para mí — dice Maggie con una sonrisa.
— Y para mí, solo café, por favor — añado.
Maggie me lanza una mirada de reproche.
— Anne, necesitas comer algo.
— Está bien, también quiero panqueques — digo, cediendo.
La camarera se va y nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del lugar. Maggie rompe el silencio primero.
— ¿Así que ahora te llevas bien con Maya?
— Si, ayer después de su competencia de natación, habló conmigo sobre lo que le dolía. Esa niña sufre tanto en silencio.
— ¿Cómo nosotras cuando murió mamá?
— Es mucho peor. Su madre la manipula para que me odie, ellos no están ahí para ella.
— Lo siento tanto por ella. Nadie debería pasar por eso, especialmente a tan temprana edad.
La camarera regresa con nuestras bebidas y panqueques. El olor dulce de las fresas y la crema nos envuelve, trayendo un poco de consuelo en medio de nuestras preocupaciones.
— Tienes un buen corazón, Anne. Maya es afortunada de tenerte — dice Maggie, tomando un sorbo de su jugo de naranja.
— ¿Sería buena idea prepararla?
— ¿En qué sentido?
— Bueno, que vaya a terapia. Así estaría lista para cuando Daryl decida decirle.
— Tendrás que hablarle con él, pero sería buena idea.
Después de comer, pagamos la cuenta y volvemos a la camioneta, retomando nuestro camino hacia la granja.
— ¿Cómo esta Max? — pregunta.
— No tengo ni idea. Con eso de que no puedo salir mucho de casa, no se nada de mis amigos. ¡Ni siquiera me escriben!
— Pronto pasará ese encierro, seguro no es nada — miro por el retrovisor.
— Maggie, necesito que estés tranquila — vuelvo mi vista al frente — Creo que nos siguen.
— ¿Qué?
— Ponte el cinturón, voy a tener que acelerar y perderlos — digo, manteniendo mi mirada en el espejo retrovisor.
Maggie obedece rápidamente, asegurándose el cinturón mientras yo acelero el motor. La camioneta comienza a ganar velocidad, y el sonido del motor se hace más fuerte. En el espejo, veo que un vehículo oscuro nos sigue a distancia.
— ¿Qué hacemos si no podemos perderlos? — pregunta Maggie.
— Intentaré desviarme por una ruta secundaria. Si tenemos suerte, lograremos despistarlos — respondo, maniobrando el volante para girar en una carretera menos transitada.
ESTÁS LEYENDO
Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2
RomanceSegunda temporada de: Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. Luego de tanto tiempo aceptar en su vida a Negan, podría traer consigo momentos lindos. Pero un accidente hará que los sentimientos de Anne y Daryl vuelvan a encontrarse. Todo volvió a ser...