Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2

Fin de semana

Sábado.

— Me gusta esta parte — cruza sus piernas — ¡Es mi parte favorita! Cuando mira al cielo y sueña con salir de la torre.

Mientras comemos vemos Rapunzel, es la escena donde esta de pequeña y mira al cielo.

— ¿Te identificas con Rapunzel?.

— ¡Si!, aveces siento que quiero explorar el mundo como ella — sonrió.

— Bueno, tienes toda una vida para descubrir el mundo.

— ¿Tú también quieres explorar el mundo?.

— Sí, de muchas formas — sonrio.

— Tal vez y algún día podemos explorarlo juntas.

— Sería un gran plan.

— Aunque tendrás hijos y pasaras mas tiempo con ellos — me mira.

— Oye, no — tomo sus manos — Yo no voy a tener hijos, no ahora.

— ¿Lo prometes?.

— No puedo prometer el futuro — me pongo de pie — Pero, hagamos algo.

— ¿Que cosa? — me arrodillo frente a Judith.

— Si algún día, quedo embarazada, tu serás la primera en saberlo.

— ¡Me gusta! — sonrie — ¿Esto si lo puedes prometer?.

— ¡Claro que sí! — le hago cosquillas

— No... tía... — se rie — Ya...

— Pero me gusta.

— No... ya — me detengo — No más cosquillas.

— Esta bien.

Por un momento había olvidado que anoche judith mencionó algo de Maya, que si no estoy mal dijo: "Aveces es mala"

— Judith, ¿por qué dijiste que maya es mala?.

— Cuando mi tío daryl esta conmigo, y ella esta en la casa, se pone brava y me jala el cabello.

— Pero, ¿por qué? — frunzo el ceño.

— Dice que él, solo es de ella — suspira y hace una mueca — Por eso es mala.

— ¿Y tu mamá sabe de esto?.

— Solo carl y sophia — frunce el ceño.

No supe que decirle, aunque me preocupa la situación en la que Maya trata a Judith. Pero, se que esto no sucederá de nuevo.

— ¿Carl y sophia?.

Judith asintió mientras me mira con un poco de inocencia y preocupación.

— Ellos me dijeron que no dijera nada para no preocupar a mamá.

Sonrio mientras le acaricio el cabello.

— Gracias por contármelo. Judith.

— No dirás nada, ¿verdad?.

— Te prometo que no diré nada — asiente — Vamos, iremos a la librería y luego a comer helado.

— Voy por mis zapatos — asiento.

Selecciono el número de Lori y pongo el celular en mi oido.

Timbra.

Timbra.

Responde.

— Hola, anne. ¿Judith esta bien?, ¿sabe algo? — pregunta lori con un tono de preocupación.