Travesuras y Traiciones

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Entro en la casa dispuesta a darme un buen baño. Maya baja las escaleras mientras yo las subo. Tiene un poco de pintura azul en su camisa.

— Oye, tienes pintura ahí — señalo, se mira.

— Gracias, ire a limpiarme.

Continuo camino hacia el baño, imaginando el alivio que sentiré una vez que esté sumergida en el agua caliente. Abro la puerta del baño y, con un suspiro de anticipación, abro el grifo de la ducha y me meto. Sin embargo, en lugar de ver agua clara, un chorro de pintura azul sale del grifo y empieza a llenar la bañera.

— ¡¿Qué demonios?! — exclamo, retrocediendo rápidamente y cerrando la llave del agua.

El líquido azul sigue fluyendo, manchando mi piel y llenando la bañera rápidamente. Me quedo parada, desconcertada por lo que estoy viendo, cuando escucha pasos apresurados bajando las escaleras.

— ¡Maya! — grito.

Salgo del baño, esa niña es un caos. Bajo las escaleras en busca de ella.

— Vaya, esta muy azul — me dice bertha.

— ¿Sabes donde esta Maya?.

— En el jardin.

Salgo por la puerta de la cocina, y me encuentro a Maya sentada en el jardín.

— ¿Qué te pasó? — pregunta en cuanto me ve —. Te ves muy graciosa.

— Esto no da risa — le digo — Mira, he tenido que soportar tus comentarios, pero esto, esto no lo hare.

— Oye, yo no hice nada — se pone de pie — No me acuses.

— No es coincidencia que tengas pintura y que de la ducha salga igual — le digo — Esto lo sabrá tu papá.

— No, Anne. Por favor, no le digas nada.

— Lo va a saber — es lo único que le digo.

Me doy vuelta y entro en la casa. Utilizo el otro baño, mientras me quito la pintura azul de mi cuerpo.

No, claro que no lo va a saber. Si esa niña quiere guerra, es lo que va a tener.

Una vez que terminó de quitarme la pintura azul, me cambió. Y entro en la habitación de Maya.

Con cuidado, pongo un poco de talco en la puerta de su habitación, preparando una pequeña travesura para devolverle la jugada.

Vuelvo a mi habitación y me siento en la cama. Solo quiero esperar a escuchar el grito de esa mocosa.

Mientras veo "Dinastía" me llega un mensaje de Daryl.

"¿Todo bien en casa?".

Sonrio.

"Todo está perfecto".

Un cine ¿a quien se le ocurre bailar en un cine?. Aúnque fue uno de mis mejores días.

"Bien, regreso pronto".

— ¡Mi cabello! — sonrio y miro la tele.

El grito de Maya me confirma que mi pequeña broma ha surtido efecto. Sonrío satisfecha mientras sigo viendo "Dinastía". Por fin, siento que he recuperado un poco el control en esta batalla silenciosa que libramos Maya y yo.

Unos minutos después, escucho pasos pesados que se acercan a la habitación. Maya aparece en la puerta, su cabello cubierto de talco y su expresión de furia.

— ¡Esto no es gracioso! — grita.

Me giro lentamente, manteniendo mi expresión tranquila.

— ¿Oh, no? Me pareció bastante ingenioso — respondo con una sonrisa.

Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora