Papá y Mamá

31 5 2
                                    

La vida en la granja continuará, pero nunca será la misma. Mis padres se han ido, y con ellos, una parte de mi mundo ha desaparecido para siempre. Ahora, todo lo que queda es el desafío de encontrar la manera de seguir adelante, de encontrar una nueva normalidad en medio de la devastación.

Mis ojos arden de tanto llorar, mis labios tiemblan al igual que mis manos. Nunca estuve preparada para este momento, aunque, en el fondo, sabía que llegaría algún día. Pero una cosa es saberlo, y otra muy distinta es enfrentarlo.

El vacío que siento es abrumador, como si una parte de mi alma se hubiera desprendido y dejado un hueco que nada puede llenar. Cada rincón de la casa me recuerda a ellos, a los momentos que compartimos, a las risas, a las discusiones, a todo lo que formaba nuestra vida en esta granja.

Miro sus cuerpos inmóviles una vez más, deseando con todas mis fuerzas que esto no sea real, que me despierte de esta pesadilla. Pero no es una pesadilla, es mi nueva realidad. Una realidad en la que ellos ya no están para guiarme, para darme sus consejos, para abrazarme cuando más lo necesito.

Me siento sola, terriblemente sola, a pesar de tener a Maggie, Beth y Shaw a mi lado. Porque ellos también están lidiando con su propio dolor, con su propia pérdida. No sé cómo vamos a superar esto, cómo vamos a encontrar la fuerza para seguir adelante.

La muerte tiene una forma cruel de recordarte lo frágil que es la vida, lo rápido que todo puede cambiar. Y ahora, todo lo que puedo hacer es aferrarme a los recuerdos, a las enseñanzas que me dejaron, y tratar de encontrar una manera de seguir viviendo sin ellos.

Pero en este momento, solo quiero llorar, dejar que el dolor me consuma, porque no sé qué más hacer. No sé cómo vivir en un mundo en el que mis padres ya no existen.

Salgo de la habitación, y bajo las escaleras al escuchar el auto. Maggie ve a Glenn bajar de ahí y, lo abraza.

Luego, baja Daryl y me abraza a mí, con cuidado, suavemente. Lloro en su hombro, descargando mi dolor en ese abrazo.

Después, siento unos brazos rodear mi cintura, bajo la vista y ahí esta Maya.

Daryl no dice nada, solo me sostiene, dejando que mis lágrimas mojen su camisa. Su silencio es reconfortante, porque sabe que no hay palabras que puedan aliviar este dolor. Lo único que importa en este momento es su presencia, ese refugio seguro que me ofrece sin condiciones.

Este es un momento que jamás olvidaré, un instante en el que la realidad se impone con toda su crudeza.

Finalmente, me separo de Daryl, aunque no quiero dejar la calidez de su abrazo. Pero sé que hay cosas que debemos hacer, decisiones que debemos tomar, incluso cuando lo último que quiero es enfrentar lo que viene. Miro a Maggie, que parece tan perdida como yo, y luego a Glenn, que la sostiene como Daryl me sostuvo a mí.

— Lo siento tanto, Anni... — lo miro y, lo vuelvo a abrazar.

Daryl me devuelve el abrazo, y puedo sentir la tristeza en la forma en que me aprieta contra él. Nadie esperaba esto, y aunque sabemos que la muerte es una parte inevitable de la vida, eso no hace que sea más fácil aceptarla cuando llega.

— Estoy aquí para lo que necesites — susurra Daryl, su voz quebrándose ligeramente.

Asiento contra su hombro, agradecida por su apoyo, aunque las palabras no pueden salir de mi boca. Todo es un torbellino de emociones, y me cuesta mantenerme firme en medio de tanto dolor.

Maya, quien todavía está aferrada a mi cintura, levanta la vista hacia mí con esos ojos inocentes que no entienden del todo lo que está pasando, pero que de alguna manera saben que es un momento de tristeza. Le acaricio el cabello con una mano temblorosa, intentando ofrecerle un poco de consuelo, aunque siento que no tengo nada más que dar.

Estoy Perdida En El Azul De Tus Ojos. T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora