6. La paz de Dios

1.4K 84 1
                                    

20 ⭐ para el próximo.

Narra Olivia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Olivia.

Han pasado dos semanas desde que empecé a trabajar en la cafetería de Estefanía. Los primeros días fueron un poco desastres he de admitir, pues tenía experiencia nula tanto sirviendo como preparando cafés pero por suerte, en estos días he aprendido mucho y poco a poco lo voy haciendo mejor.

También han pasado dos semanas desde que Gemma me llevo al Santiago Bernabéu, realmente disfruté mucho del partido y evidentemente que se celebre la victoria Del Real Madrid frente al Villarreal. Partido en el que quedaron 4 a 1 con goles de Bellingham, Rodrygo, Brahim y Luka Modric. El tanto del Villarreal lo anotó Morales.

Termino de atarme los cordones de mis zapatillas y salgo del piso colocándome mis auriculares y reproduciendo una de mis playlist de Spotify. La primera canción que suena es One more time de Ariana Grande.

Desde que tengo uso de razón me encanta la música, desde pequeña me encanta cantar en el coche, en la ducha o por los rincones de casa. A los trece años aprendí a tocar el piano y unos meses después comencé a tocar la guitarra.

- buenos tardes guapa - exclama Estefanía cuando llegó a la cafetería - ¿cómo llevas el día?

- buenas tardes Estefanía. Mi día va bien, ¿usted cómo está?

- Olivia cielo deja de llamarme usted que me hace sentir más vieja - ríe mirándome.

- lo siento, me sale solo - me disculpo.

- es lógico Olivia, se nota que eres una joven muy educada - sonríe mirándome con ternura.

Sonrió al escuchar esas palabras que me llenan de emoción.

- mis padres siempre se han preocupado de inculcarnos unos valores y respeto tanto a mis hermanos como a mí.

- ¿sois tres hermanos? - pregunta intrigada.

- así es, tengo un hermano mayor que yo y una hermana menor.

- ¿cómo os lleváis?

- nos llevamos de maravilla, mis hermanos son el regalo más preciado que tengo en la vida. Lo digo miles de veces que sin ellos yo no soy nadie. - me aventuró a decir. - Algunas veces tenemos nuestros más y nuestros menos pero siempre estamos ahí cuando más lo necesitamos.

- que bonito Olivia, sé a ciencia cierta que no es fácil para ti estar a kilómetros de ellos pero tanto tus padres como tus hermanos están súper orgullosos de ti.

- me vas a hacer llorar, Estefanía.

Soy una persona muy sensible y en cuanto hay algo que me llega más de la cuenta, me es imposible no soltar algunas lágrimas.

- ¿tú tienes hijos? - preguntó y ella asiente.

- tengo una hija que se llama Mercedes y un hijo que se llama Tobías. A Tobías lo tuve con 22 años, el actualmente tiene 40 años, está casado y tiene una hija que se llama Lourdes, ellos viven en Alcobendas. A mi hija Mercedes la tuve con 26, ahora ella tiene 36, está casada y tiene tres hijos: Matilde, Nicolás y Estrella. Pero ellos viven en Valencia y por desgracia no puedo verlos todo lo que me gustaría - hace una mueca de tristeza y yo le doy un leve apretón en la mano.

- ¿y su marido?

- mi marido es el hombre de mi vida, es extraordinario. Se llama Luis y nos conocimos cuando él tenía catorce años y yo doce, quedábamos a escondidas de nuestras familias y unos meses más tarde, precisamente el 29 de septiembre comenzamos a salir. Justo después del nacimiento de Tobías nos casamos y después llegó Mercedes.
Luis ha trabajado toda su vida de carpintero aunque ya esté jubilado, él sigue creando en el taller todas sus cosas.

- se nota que le quieres mucho.

- ¿tú tienes novio, Olivia?

- que va, estoy soltera y no se está nada mal - afirmó riendo.

- ya llegará la persona indicada. - asiento.

Los primeros clientes empiezan a entrar en la cafetería y tanto Estefanía como yo nos ponemos manos a la obra.

- Olivia tomate un pequeño descanso si quieres - comenta Estefanía.

Han pasado unas dos horas desde que hemos abierto la cafetería y la verdad es que han pasado una buena clientela.

- no te preocupes, descansa tú mientras yo sigo trabajando.

Escucho la campanita que suena cuando la puerta se abre al entrar un nuevo cliente e instintivamente alzó la mirada hacia la puerta. Arrugo la frente cuando por ella entra Jude.

- hola - saluda sentándose en uno de los taburetes.

- buenos tardes, ¿qué le preparo?

- ¿estas trabajando aquí? - cuestiona sorprendido.

- por algo estoy detrás de la barra - respondo. - ¿qué vas a querer tomar?

- un café expresso.

- perfecto.

Preparo el café en un par de minutos y se lo pongo encima de la barra cuando este está listo.

- aquí tienes.

- gracias - agradece con una sonrisa - ¿te gustó el partido del otro día?

- no estuvo nada mal, por cierto enhorabuena por el gol que metiste.

- gracias, creo que sirvió de ayuda que estuvieras allí - guiña un ojo.

- no creo que eso sea cierto. - niego.

- a mi me gustaría pensar eso.

- no seré yo la que me entrometa en lo que tú quieras pensar.

- aún no me has dicho tu nombre, chica misteriosa de la cafetería.

- ¿es una obligación decírtelo? - le miró a los ojos.

- Olivia es feo eso de que no me quieras decir tu nombre.

- espera, ¿cómo lo sabes?

- un mago nunca revela sus trucos. - habla y yo me rio.

- Jude sé que alguien te lo habrá dicho, y esa persona no sé porque me da que es Gemma. - alzó los hombros.

- esa información es confidencial así que no puedo decírtelo - ríe.

- que problema - ironizo.

- Olivia es un nombre bonito - admite y yo sonrió.

- si que lo es, por lo menos a mí me gusta mucho.

- La paz de Dios.

- ¿qué? - preguntó confundida.

- tu nombre significa la paz de Dios.

- te veo bien informado Bellingham.

- he estudiado - los dos reímos. - creo que ya no te caigo tan mal.

- no me caigas mal - contestó frunciendo el ceño - simplemente pensaba que eras como uno más de todos los famosos.

- ¿cómo son todos los famosos?

- arrogantes, creídos, egoístas y se creen el centro del universo.

- ¿cómo me ves entonces? - cuestiona intrigado.

- no te conozco apenas, pero veo que eres una persona cercana, simpática y alegre.

- ya tendremos más tiempo de conocernos - vuelve a guiñarme un ojo.

Media Luna || Jude Bellingham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora