1. El Comienzo

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En las salas de urgencias del Hospital Kim Heath, el movimiento era constante. Los accidentes seguían llegando sin cesar, haciendo que las enfermeras se desplazaran de un lado a otro para atender a todos. A pesar de que las festividades de fin de año habían terminado, el nuevo año no traía consigo un descanso, ya que los pacientes continuaban llegando de todas partes. La causa principal: los conflictos alimentados por el alcohol, amigos o familiares que optaban por causar problemas en plena noche. Hae-in, el guardián de la puerta principal, se esforzaba por mantener la calma mientras lidiaba con los molestos familiares. Desde que comenzó su turno, ha enfrentado a aquellos que lo tratan mal y tratan de pasar por encima de él para entrar. Afortunadamente, su fortaleza física lo hace difícil de vencer sin resultar herido.

El hombre pide paciencia una vez más, enfrentando abucheos de los familiares. Cierra la puerta y la bloquea, mientras se le escapa un gran suspiro de sus labios. Se seca el sudor de la frente y bebe agua de la botella, sintiendo alivio al mojar su boca seca.

— Vigila — ordena a su compañero, quien asiente en respuesta.

Dirige su mirada hacia el largo pasillo que conduce a la sala de urgencias y, mientras camina, comunica la situación por radio para asegurarse de que todo esté bajo control.

El hombre llega a la sala de espera de urgencias y se detiene, observando a los pacientes en camillas, algunos en sillas de ruedas y otros en el suelo. Las enfermeras se apresuran entre ellos, atendiendo con diligencia cada caso. La atención del hombre se desvía cuando divisa a la chica que le gusta, concentrada en revisar historiales médicos en busca de formas de ayudar. Tomando aire, se acerca a ella decidido.

— ¿Ha sido un día pesado? — pregunta, mirándola.

Jisoo deja de revisar el historial y le devuelve la mirada. Sonríe y asiente en respuesta.

— Demasiado pesado, para ser sincera — suspira, dejando los papeles sobre la mesa. — Al parecer, la gente se vuelve loca cuando llega el año nuevo — comenta mientras observa la sala — o más bien los tragos — vuelve a mirarlo. — ¿Y a ti cómo te ha ido? — pregunta.

— Lo mismo de siempre: personas ebrias y familiares frustrados gritando por todas partes — comenta el hombre sin darle mucha importancia. Jisoo suelta una risita y niega con la cabeza.

— Deberían pagarnos el doble por soportarlos — asiente.

Se queda mirándola, a punto de decir algo, pero se detiene cuando los auxiliares entran con un hombre en camilla.

— Dios, no paran — murmura Jisoo con un bufido exasperado.

Jisoo se coloca el estetoscopio alrededor del cuello y sale corriendo hacia el nuevo paciente que gritaba de dolor, lista para brindarle atención médica.

— ¿Qué tenemos? — pregunta al llegar junto a los auxiliares.

— Tenemos un paciente con una lesión abdominal causada por un objeto penetrante debido a un accidente automovilístico. El objeto aún está en su cuerpo — Jisoo observa el tubo de metal en el abdomen del hombre.

— ¿Cómo llego eso ahí? — pregunta sorprendida.

— Choco con un camión que cargaba varios tubos de metal — asiente.

Las enfermeras se acercan, listas para brindar asistencia.

— Bien, necesitamos detener el sangrado — asienten — por favor, un gramo de ácido tranexámico (TXA) para el sangrado, y cinco miligramos de morfina para el dolor.

Las enfermeras introducen el catéter en la vena del paciente con dificultad debido a sus movimientos bruscos. Rápidamente, una de ellas inserta la jeringa en la bolsa de infusión, dispersando los medicamentos.

Enferma De Amor (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora