La alarma vuelve a sonar, y la castaña la percibe como un molesto eco lejano que perturba su sueño. Con un leve gruñido, se tapa los oídos con las manos, aplicando presión para silenciarla. Entre quejidos, abre los ojos lentamente, quitándose los pelos despeinados de su cabello, de la cara. Al levantar la cabeza, observa a su alrededor con confusión, luchando por recordar. Se sienta bruscamente en la cama, sintiéndose mareada, su mirada llena de temor mientras absorbe su entorno. No es su casa, ni la habitación de la casa de su hermana, su nuevo hogar. Cierra los ojos, intentando aplacar el vértigo inducido por las copas de la noche anterior. Baja los pies al suelo, notando la frialdad del piso. Espera un momento, dejando que la resaca se disipe. Al abrir los ojos, descubre prendas dispersas por el suelo. Su sorpresa es inevitable al bajar la mirada y encontrarse desnuda. Se incorpora rápidamente, cubriéndose con las manos y dirigiendo su atención al otro cuerpo que duerme profundamente, emitiendo ronquidos. Se acerca sigilosamente para observar su rostro con detenimiento, y sus ojos se abren de par en par al ver a la persona.
— ¡Mierda! — exclama, tapándose rápidamente la boca.
Sale del apartamento, dejando atrás a su amante de la noche anterior. Intenta recordar con detalle cómo llegó allí, pero el dolor de cabeza, la resaca y la confusión en su mente no le ayudan. Mira el reloj, maldiciendo. Antes del mediodía debe estar en el hospital para su primer turno. No puede creer que tenga que presentarse en su primer día cruda, justo como se prometió no hacerlo.
Los cláxones de los autos y el tráfico aumentan su dolor de cabeza, obligándola a sostenerse la cabeza con ambas manos. Espera desesperadamente que algún taxi se detenga para llevarla a casa. Sabe que tiene solo dos horas para arreglarse, y el tiempo se le escapa de las manos.
Abre la puerta con un empujón, casi perdiendo el equilibrio. Observa la sala de estar, que está desierta. Cierra la puerta con cuidado y se dirige a las escaleras rápidamente.
— Alto ahí, Kim — Jennie frena en seco, cerrando los ojos — Kim Jennie, quiero una respuesta ya, sin mentiras — Jennie se gira hacia ella para enfrentarla cara a cara.
— Jisoo, yo...
— Te estuve buscando toda la noche, pensé que estarías aquí. Pero me llevé una gran sorpresa al descubrir que te vieron junto a...
— Mira, después puedes darme el sermón. Tengo poco tiempo y debo estar en el hospital antes de mediodía — le dice a su hermana, juntando las manos con una expresión suplicante — por favor — Jisoo exhala con fuerza.
— Está bien, ve — la castaña, se acerca dándole un beso en la frente y le sujeta las mejillas.
— ¡Gracias! — se da la vuelta, subiendo los escalones con velocidad.
Bota todo a la cama, creando un desorden caótico. Busca desesperadamente qué ponerse, frustrada al no encontrar la ropa adecuada. No puede dejar de pensar en cómo terminó pasando la noche con esa persona desconocida. No es su estilo hacer esas cosas, por eso se sorprende tanto consigo misma. Trata de reconstruir fragmentos de su memoria, recordando paso a paso lo que hizo. Se siente decepcionada por tener lagunas mentales. Se promete a sí misma no volver a beber de esa manera, especialmente cuando tiene que trabajar al día siguiente, y menos aún sintiéndose como una tonta por aceptar acostarse con alguien que ni siquiera conoce.
Desciende las escaleras a toda prisa. Su hermana levanta la mirada y arquea una ceja al verla llegar a la puerta de golpe.
— Alto — ordena. Jennie la mira, con el ceño fruncido.
— ¿Qué? — Jisoo dirige su mirada hacia la comida que está en la barra. — Jichu...
— No te vas sin desayunar, Kim Jennie — dice con los brazos cruzados.
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Enferma De Amor (Jenlisa)
FanfictionEl Hospital Kim Health es una institución destacada en Corea del Sur, donde los mejores médicos se esfuerzan por brindar atención de primera. Kim Jennie, una neurocirujana y la hija menor del señor Kim, propietario del hospital, se embarca en nuevas...