17. Una Pésima Cena

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Los cuatro se acomodan en el automóvil, rumbo a la cena organizada por los padres de las Kim. Rosé y Jisoo intercambian una mirada preocupada mientras observan la distancia entre Jennie y Lisa en el asiento trasero.

— ¿Están emocionadas por la cena? — dice Rosé con tono amigable.

Jisoo asiente, apoyando a Rosé.

— Sí, debería ser divertido.

— Sí, seguro — responde Lisa con voz suave.

Jennie y Lisa evitan el contacto visual, lo que no pasa desapercibido para Rosé y Jisoo.

— ¿Qué tal si después de la cena planeamos una salida juntas? — dice Jisoo tratando de romper el hielo.

— Sí, podríamos ir a ese café que nos gusta tanto — comenta Rosé asintiendo.

Jennie mira a Lisa con una sonrisa esperanzada, pero Lisa parece distraída mirando por la ventana.

— ¿Te gustaría hacer eso, Lisa? — Lisa desvía la mirada.

— Tal vez — vuelve a mirar a la ventana.

Vuelven a caer en un incómodo silencio. Jisoo, notando la tensión, decide cambiar el tema de conversación.

— ¿Han escuchado sobre el caso de Lisa en el hospital? El paciente que llegó con una barra de hierro incrustada en su cabeza. Fue increíble cómo manejaste esa situación, Lisa.

— Sí, fue un caso interesante — responde Lisa con un tono monótono.

Jennie le sonríe con sinceridad a Lisa, tratando de romper el hielo.

— De verdad, fue increíble lo que hiciste. Todos en el hospital hablan de tu conferencia y cómo manejaste la situación con ese paciente. ¡Felicidades, Lisa!

Lisa, sin embargo, responde fríamente, aunque con cortesía.

— Gracias, Jennie.

Jisoo y Rosé intercambian miradas, notando la respuesta distante de Lisa.

— Bueno, Lisa, has hecho un trabajo excepcional. Estamos orgullosas de ti — dice Rosé intentando mantener un ambiente positivo.

— Gracias, chicas — responde, en un tono bajo.

Su mirada se dirigió hacia Jennie, quien contemplaba la ventana con una expresión triste, lo que le provocó un dolor profundo en el corazón. Sin embargo, la escena que había presenciado anteriormente volvió a su mente, avivando su enojo. Intentó desviar la mirada, luchando por ignorar el tumulto de emociones que la embargaba.

El automóvil se detiene frente a la hermosa casa de los padres de las Kim. Las cuatro chicas salen del automóvil y son recibidas con una cálida bienvenida por la señora Kim, quienes las reciben con abrazos afectuosos.

— ¡Chicas, qué gusto verlas! Bienvenidas a casa.

La señora Kim abraza a cada una de ellas, transmitiendo una sensación de calidez y familiaridad. Se dirige a su hija Jennie con una sonrisa.

— Jennie, cariño, qué alegría tenerte aquí.

Jennie responde con una sonrisa, pero la señora Kim nota la tensión entre ella y Lisa.

— ¿Estás bien, querida? — pregunta, en voz baja, a Jennie.

Jennie asiente con una sonrisa forzada.

— Sí, mamá, estoy bien.

La Señora Kim no presiona más el tema, pero guarda la preocupación en su mirada. Sin embargo, decide no hacer preguntas por el momento.

Enferma De Amor (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora