9. La Cita Perfecta

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Jennie estaba sentada en el cómodo sofá de la sala de estar de su casa, con las piernas cruzadas y mirando hacia la puerta de entrada

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Jennie estaba sentada en el cómodo sofá de la sala de estar de su casa, con las piernas cruzadas y mirando hacia la puerta de entrada. Se había preparado perfectamente para la cita de esa noche con Lisa.

Llevaba un vestido negro sencillo, pero elegante, sus labios pintados de un rojo suave que contrastaba con su piel clara. Miraba su reflejo en el cristal de la mesa, acomodando su cabello y ajustando el pequeño bolso que llevaba en la mano. A pesar de su apariencia segura y serena, una maraña de emociones bullía en su interior.

Había estado esperando este momento durante horas, desde que Lisa la había invitado a salir. Pero ahora que el momento finalmente había llegado, una sensación de nerviosismo y duda se apoderaba de ella.

Cerró los ojos por un momento, tratando de calmar los latidos de su corazón. Desde que había empezado a conocer a Lisa, su vida había tomado un giro inesperado. Cada encuentro con Lisa había sido una mezcla de risas, conversaciones profundas y una conexión que no había sentido en mucho tiempo. Sin embargo, esa misma intensidad la hacía cuestionarse.

Jennie respiró hondo, tratando de calmar los nervios que sentía. Se preguntaba si estaba haciendo lo correcto. ¿Qué significaban realmente sus sentimientos hacia Lisa? ¿Era algo pasajero o estaba desarrollando una conexión más profunda? ¿Estaba lista para dejar entrar a alguien en su vida de esa manera? ¿Estaba lista para arriesgar su corazón nuevamente? Había momentos en que se sentía asustada, insegura, sobre el camino que estaban tomando.

El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos, y su corazón dio un salto en su pecho. Se levantó del sofá con un ligero temblor en las manos y fue hacia la puerta. Al abrir, allí estaba Lisa, con una sonrisa radiante en el rostro y una mirada llena de afecto dirigida hacia ella. Llevaba un atuendo elegante pero relajado, que resaltaba su belleza natural y su encanto innegable.

— Hola, Jennie — dijo Lisa, con su voz suave y melodiosa.

Lisa entró en la casa, y Jennie cerró la puerta detrás de ella. Se quedaron paradas un momento, mirándose el uno al otro, el aire cargado de expectación y posibilidad.

— Espero que estés lista para una noche increíble — dijo Lisa, rompiendo el silencio con un toque de diversión en su tono — Jennie devolvió la sonrisa de Lisa, pero por dentro, se sentía abrumada por la incertidumbre.

Con sonrisas luminosas en sus rostros, salen de la casa. Lisa conduce a Jennie hacia su auto, ansiosas por dirigirse finalmente a su cena.

— Antes de irnos — dice Lisa, extendiendo una pequeña bolsa de papel hacia ella — espero que te gusten estas chocolatinas.

Jennie tomó la bolsa con gratitud, sintiendo un cosquilleo de emoción en el estómago mientras miraba el regalo. Era un gesto simple pero significativo, y la hizo sentir especial de una manera que no podía describir con palabras.

— ¡Gracias, Lisa! Eres demasiado amable — dijo Jennie, con una sonrisa que iluminaba su rostro. Se subió al auto con cuidado, sintiéndose un poco nerviosa por el próximo paso en su noche juntas.

Enferma De Amor (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora