Jennie entra en el vestuario, arrastrando los pies con fatiga. Contempla su taquilla con los ojos entrecerrados por el cansancio. Inhalando profundamente, saca las llaves para abrir la puerta y guarda sus pertenencias con gesto mecánico. Cerrando la taquilla, sabe que su breve respiro ha terminado; debe regresar. Lleva dos días inmersa en ese lugar y siente que apenas puede sostenerse en pie. Afortunadamente, su turno terminará al mediodía.
— Buenas — saluda la rubia al entrar. Jennie la mira y, con sorpresa, exclama — ¡Dios mío!, estás horrenda ¿Una mala noche? — Jennie asiente.
— Estuve limpiando, atendiendo, limpiando, diagnosticando, limpiando, mediando peleas, limpiando, ¡y hasta encontré un juguete perdido en el estómago de un niño! — Rosé sonríe.
— ¡Yo lo saqué! ¡Era un Lego de Batman! — exclama emocionada. Jennie la mira y sonríe exageradamente.
— ¡Bien, regálamelo! Podría añadirlo a mi colección — dice mientras se dirige hacia la silla y se acomoda — normalmente, son veinticuatro horas, por lo que sumarían cuarenta horas a la semana. Estoy aquí desde... — mira su reloj y comienza a hacer cálculos — cuarenta y tres horas — Jennie la mira — el arte de la medicina — Rosé suelta una risita y se sienta a su lado.
— Es mientras las cosas vuelvan a calmarse. Escuché que suelen hacer eso al principio de año, pero luego regresamos a horarios normales. El año pasado me pasó lo mismo. Llegué a considerar ahorcarme con el cordón umbilical de aquella embarazada — Jennie suelta una carcajada, contagiando a Rosé — vamos, falta poco — Jennie suspira.
— Solo cinco horas — dice animándose.
— Será dos días de descanso — Jennie sonríe.
— Dos días — susurra.
— Mientras que yo, tengo que regresar mañana — frunce el ceño, la morena.
— ¿Por qué? — la mira Rosé.
— Mi compañera llega un poco tarde, solo serán unas horas — asiente — salimos a la misma hora. ¿Qué tal si salimos las tres para que se conozcan, o ya lo hiciste? — se acerca a Jennie. Esta suelta una risita.
— Sí... sí, ya la conozco — admite Jennie. Rosé hace un puchero.
— Yo quería presentártela — sonríe Jennie con ternura.
— Hazlo. Lo único que hice con ella fue ayudarla con un caso. Lamentablemente, el paciente no lo logró — recuerda, con tristeza.
— ¡Ay, no! Pobre Lisa, no quiero imaginar lo mal que la pasó — comenta Rosé Lisa es muy entregada a sus pacientes. Cuando no lo logra, se deprime tanto que se encierra en la ducha a llorar — Jennie ríe, por la exageración de la rubia, pero se detiene al notar que Rosé lo dice en serio.
— Oh... No pensé que fuera tan sentimental — Rosé asiente.
— Tú la ves con esa carita seria, pero por dentro se quiebra al ver gatitos maullar — ambas ríen — Lisa es asombrosa, lo juro. Es un ser hermoso, valioso. La amo — Jennie sonríe.
— ¿Vives con ella? — niega. Detiene los movimientos de su cabeza y luego comienza a asentir. Jennie frunce el ceño — ¿sí o no? — pregunta confundida.
— No, ella vive sola, pero casi siempre se la pasa viviendo en mi apartamento — sonríe.
— ¿Lisa tiene pareja? — Rosé deja de sonreír. No, ella vive sola, pero casi siempre se la pasa viviendo en mi apartamento — lo siento — se disculpa rápidamente.
— No, no pasa nada. Es solo que... — se queda pensando en que decir — esta soltera, ella está soltera — concluye. Jennie asiente levemente. Rosé vuelve a sonreír, solo que esta vez es una sonrisa picarona — ¿te gusta? — Jennie abre los ojos.
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Enferma De Amor (Jenlisa)
FanfictionEl Hospital Kim Health es una institución destacada en Corea del Sur, donde los mejores médicos se esfuerzan por brindar atención de primera. Kim Jennie, una neurocirujana y la hija menor del señor Kim, propietario del hospital, se embarca en nuevas...