13. Decisiones

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Lisa y Jennie se encontraban en un dilema, observando a Irene con una mezcla de confusión y preocupación. Ambas mujeres intercambiaron miradas, buscando respuestas en los ojos de la otra, pero ninguna de ellas parecía estar segura de cómo proceder.

Jennie, sintiéndose intranquila por la tensión en el aire, intentaba comprender la situación, pero las piezas del rompecabezas parecían no encajar. Sin embargo, su determinación no la abandonaba, y con valentía decidió romper el silencio.

— ¿Qué pasa, Irene? — preguntó Jennie, su voz cargada de preocupación mientras buscaba una explicación a la extraña atmósfera que las rodeaba.

Irene miró a Lisa con una expresión mezcla de tristeza y nostalgia, sus palabras resonando en el tenso silencio.

— Hace mucho que no nos vemos, Lisa — Lisa, con una frialdad apenas contenida, respondió cortantemente.

— Y así es como debería ser — la respuesta de Lisa golpeó a Irene como un puñetazo, y su corazón se hundió aún más cuando Lisa añadió: — El daño que causaste fue grave. Por eso, preferiría no volver a verte.

El dolor y la incredulidad se reflejaron en los ojos de Irene mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.

— ¿Nunca me perdonarás por lo que hice, Lisa?

Lisa guardó silencio por un momento antes de responder con firmeza:

— El perdón no es algo que se pueda dar fácilmente, Irene. Y lo que hiciste fue muy doloroso. No sé si algún día podré superarlo.

La tensión en la habitación era palpable cuando Jennie, sintiendo el miedo crecer dentro de ella, decidió abordar la pregunta que ardía en su mente.

— ¿Ustedes dos... fueron algo? — preguntó con cautela, sus ojos buscando respuestas en las expresiones de Irene y Lisa.

Ambas mujeres se miraron entre sí por un momento antes de soltar una risa que rompió la tensión en el aire. Irene, con una sonrisa traviesa, respondió en tono gracioso

— ¡Oh, Jennie! ¡Qué asco pensar eso!.

Lisa asintió con una mueca de diversión, añadiendo.

— Sí, definitivamente no. Somos amigas, pero no de ese tipo.

El alivio inundó a Jennie al escuchar sus respuestas, aunque una parte de ella todavía se sentía desconcertada por la extraña dinámica entre Irene y Lisa.

Lisa inhaló profundamente, tratando de contener su ira mientras explicaba la razón detrás de su resentimiento hacia Irene.

— Estoy enojada contigo, Irene, porque engañaste a una de mis mejores amigas. Le rompiste el corazón — Irene, con una expresión de incredulidad, trató de defenderse.

— Lisa, no fue como parece. Todo fue un malentendido — Pero Lisa no estaba dispuesta a aceptar esa explicación.

— Lo siento, Irene, pero no puedo creerte. Sé lo que hiciste y el daño que causaste. No puedes simplemente borrar eso con una excusa.

Irene intentó explicar lo que sucedió, su voz cargada de sinceridad mientras trataba de hacer que Lisa entendiera.

— Lisa, déjame explicarte. Lo que pasó fue un malentendido... — Pero Lisa la interrumpió bruscamente, su mirada llena de desconfianza.

— ¿Qué haces aquí, Irene? — Irene respondió con tristeza.

— Estoy buscando al amor de mi vida, que, al igual que Rosé decidió huir después de que le rompieran el corazón — La respuesta de Irene sorprendió a Lisa, y antes de que pudiera responder, Irene continuó con otra pregunta —. ¿Y tú, Lisa? ¿Por qué te fuiste? ¿Acaso...?.

Enferma De Amor (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora