El Hospital Kim Health es una institución destacada en Corea del Sur, donde los mejores médicos se esfuerzan por brindar atención de primera. Kim Jennie, una neurocirujana y la hija menor del señor Kim, propietario del hospital, se embarca en nuevas...
Jennie llevaba más de 15 minutos despierta, perdida en sus pensamientos. Jennie se siente profundamente frustrada y herida por la actitud de Lisa. Ha pasado una semana desde que se distanciaron, y durante este tiempo, Lisa no ha hecho ningún esfuerzo por hablar sobre lo que está ocurriendo entre ellas. Jennie se siente abandonada y lastimada por esta indiferencia aparente. La falta de comunicación de Lisa no solo la hiere, sino que también intensifica su frustración, ya que no entiende por qué Lisa se aleja en lugar de intentar resolver sus diferencias.
El miedo de Jennie a que Lisa simplemente la deje ir es constante y angustiante. La incertidumbre sobre el futuro de su relación la consume, haciéndola sentir vulnerable y sola. Esta posibilidad de ser abandonada sin un intento de reconciliación le provoca una mezcla de tristeza y rabia. Jennie se siente atrapada en una espiral de emociones negativas, donde la frustración y la ira se mezclan con el dolor y el miedo.
Esta situación de tensión y malestar emocional la enoja profundamente. La falta de iniciativa por parte de Lisa para abordar sus problemas se siente como una traición a los sentimientos y al tiempo compartido. Jennie, que esperaba una actitud más comprometida y una voluntad de resolver las diferencias, se encuentra ahora lidiando con un torrente de emociones contradictorias. Su enojo crece, alimentado por la sensación de que sus sentimientos no son correspondidos de la misma manera.
La luz de la mañana llenaba la cocina con un brillo cálido mientras Jisoo se sentaba a la mesa, disfrutando de su desayuno. El aroma del café recién hecho y las tostadas llenaba el aire, creando una atmósfera acogedora. Jisoo hojeaba una revista distraídamente, sumergida en sus pensamientos, cuando oyó el suave crujido de las escaleras.
Levantó la vista justo a tiempo para ver a su hermana bajar, todavía con el pelo revuelto y los ojos medio cerrados.
— ¡Buenos días! — saludó Jisoo con una sonrisa. Su hermana, con un bostezo y una sonrisa somnolienta, le devolvió el saludo.
— Buenos días.
Jisoo observa a su hermana mientras se sirve un café con desgana.
— ¿Todo bien? — pregunta con preocupación.
Jennie la mira y fuerza una sonrisa.
— Sí — responde, tomando la taza.
Se aleja, dejando a Jisoo confundida. De repente, el nombre de su amiga cruza por su mente, y empieza a comprender el mal humor de su hermana.
— Eres una tonta, Lisa — susurra.
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El hospital era un hervidero de actividad y caos. Los pasillos estaban llenos de personal corriendo de un lado a otro, y las salas de emergencia y cirugía estaban abarrotadas. Los monitores emitían pitidos constantes, y las luces fluorescentes parpadeaban ligeramente, creando una atmósfera de tensión y urgencia.
En varias salas de cirugía, los médicos luchaban contra el reloj. La presión era palpable en el aire mientras realizaban procedimientos críticos, sus rostros marcados por la concentración y la preocupación. Sin embargo, uno tras otro, los monitores comenzaron a emitir ese sonido monótono y aterrador: un paciente tras otro, los corazones dejaban de latir.
