Jungkook es el idol más famoso y deseado del momento, pero también el más arrogante e intratable, enloqueciendo al staff de su agencia como a su manager, y para empeorar la situación, adicto al sexo y a las fiestas.
Jimin es un inexperto e ingenuo e...
Llegué a BigHit ese día, esperando encontrarme con Jungkook o saber de él, pero ni una cosa ni la otra, directamente él no había aparecido, se me estrujó el estómago, sin saber como estaba, sin poder siquiera imaginarme como estaba.
Debería escribirle? Seguramente Taehyung sepa pero él aún no había llegado, y eso me preocupaba aún más. Ya dentro del edificio no podía usar mi celular. Estaba preocupado de verdad. Pero el trabajo no me dejaba ocuparme de esto. Necesitaba ver a Tae y preguntarle como estaba, de alguna forma me las iba a ingeniar.
El celular me picaba las manos. Quería escribirle y ver si había despertado, como se sentía. Aunque sea ver si en algún momento actualizaba sus redes hoy... algo. Lo que sea.
Pero esa mañana Namjoon no paraba de darme tareas, y hablarme, parecía a propósito aunque creo que él no sabía lo que había pasado, pero me tenía sentado junto a él por horas. Mientras mi cabeza estaba en otro lugar, con otra persona, con él.
A estas alturas ya estaba un poco incómodo, porque era un hecho que yo no podía corresponderle al moreno alto, y mientras más pasaba el tiempo, más enamorado de Jungkook estaba, si es que era humanamente posible. Entonces ciertas situaciones, como sus coqueteos eran realmente nada agradables para mí.
Llegó la hora por fin del receso y en lugar de ir al buffet a almorzar, preferí irme hasta la terraza del edificio, en un sector que sabía, estaba alejado de todos. Y sin importarme nada, porque ciertamente nada me interesaba más que mi Jungkook, decidí infringir una cláusula del contrato. No podía más. Necesitaba saber de él.
Tenía que usar mi celular.
Me aparté, casi escondiéndome del mundo. Me senté en una esquina. Prendí mi celular. Abrí las redes y nada. Ninguna señal de mi bebé. Él ni siquiera había aparecido. Y un gusto amargo me invadió, estaba muerto de miedo, realmente estaba demasiado preocupado y angustiado.
Cómo estarás mi amor? Acaso tengo derecho de atreverme a preguntarte?
