Closer To You // Kookmin Au

Cap XL

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Me había despertado super nervioso, tenía que salir todo perfecto, y contaba con poco tiempo para hacerlo. Así que antes de ir hacia la agencia, me encargué de contratar todo lo que necesitaba. En mi cabeza estaba todo planeado, absolutamente cada detalle, hasta el más mínimo.

Me asomé por el balcón, y el día era perfecto. Seúl era una hermosa manta blanca, completamente nevada. Tal cual como lo había imaginado. Todo tenía que salir bien. Rogaba que Jimin realmente quisiera dar este paso conmigo, anhelaba su sí, y esperaba que no se asustase, sabía que mi intensidad era mucha, y quizás para él era todo muy rápido. Pero era consciente que en algún momento íbamos a dar el siguiente paso, sabía que en algún momento yo iba a despojarlo de su pureza, era inevitable, mucho más no íbamos a aguantar, más después de pedirme que avanzaramos un poco, y la manera en la que pensé que debería ser, no era simplemente poseer su cuerpo y ya, sino que antes que fuese mío, su alma debería estar ya entrelazada con la mía, necesitaba que nuestro lazo fuera completo, quería que su primera vez, fuera con su novio, futuro prometido y futuro esposo, porque todo eso quería con él. Él merecía hacerlo con alguien que oficialmente, lo tuviese en primer y único lugar.

Durante todo el día, intenté lucir lo menos nervioso posible. Sé que Jimin intuía que lo estaba, pero le dije que la presentación en vivo de Golden me tenía así, y lo entendió. Por él contrario, se dedicó todo el día a mimarme, darme besitos constantemente y llenarme de caricias, según él, para que me calmara, que sí, lo lograba, y aunque no voy a negar que como ers a base de una mentira mía, me daba pena hacer que creyera que era por eso, pero no iba a negarme a todas sus atenciones. El fin justificaba los medios en este caso.

Al salir de la agencia, y a diferencia de otras veces en las que primero Jiho me dejaba en casa a mí y luego a Jimin, esta vez lo hicimos al revés, por obvias razones, necesitaba ir a conseguir cosas antes de vernos. Él se sorprendió ante el cambio pero nuevamente le mentí, y le dije que quería estar más tiempo con él, que nunca hacíamos ese recorrido, y sin quejas, asintió y me abrazó.

Luego de llevar a mi futuro novio hasta su departamento, lugar que moría de ganas por visitar otra vez y dormir en su cama nuevamente, fuimos hasta una zona exclusiva de Seúl, donde vendían las joyas más costosas y únicas de la ciudad, y de toda Corea me atrevería a decir. Me camuflé bastante, aunque obviamente iban a saber que era yo al momento de pagar, pero no me preocupaba mucho, porque este lugar, se caracterizaba por la confidencialidad con sus clientes, y por eso lo había elegido.

Estuve un largo rato intentando elegir que anillo era el indicado. Previamente, la última vez que estuvo en mi casa y aprovechando que dormía plácidamente, me tomé el atrevimiento de tomar prestado un anillo de su dedo meñique, el que me serviría esta vez de guía para conseguir el indicado paga su delicada mano. Creo que hasta el día de hoy sigue buscándolo.

Luego de buscar entre tantos, encontré el indicado, era grueso, así como le gustaba usar a diario a él, y plateado con detalles en blanco, era el indicado, sencillo, minimalista, delicado... el dorado se lo daría más adelante en algún momento.

Hablé con la vendedora del lugar, y por poco le rogué, que me los grabaran en ese momento, y luego de ofrecerle lo que fuese necesario pagar, consiguió a la persona indicada para el trabajo.

Compré uno para él y uno para mí. El tema ahora era... que iba a grabarles? La fecha era muy obvia, mi nombre en el suyo y el suyo en el mio también lo era... así que pensé y pensé y recordé nuestra primer charla, esa primera vez que le escribí desde mi side. Y que él muy simpaticamente me dijo que yo era su esposo. Sonreí al recordar. Y luego como si de una epifanía se tratase... su frase vino a mi mente...