Jungkook es el idol más famoso y deseado del momento, pero también el más arrogante e intratable, enloqueciendo al staff de su agencia como a su manager, y para empeorar la situación, adicto al sexo y a las fiestas.
Jimin es un inexperto e ingenuo e...
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Me senté en el buffet mientras Jungkook ensayaba con la banda para el próximo show. Teníamos por delante cosas hermosísimas. Como las grabaciones para las promociones de sus mv y luego el arena que realizaría presentando oficialmente Golden. Y la mejor parte es que iba a vivir todo eso de cerca, lo que tanto soñé, pero con el plus especial que oficialmente era mi novio.
Me costó muchísimo despegarme de las sensaciones que estaba sintiendo. Recordaba una y otra vez las cosas hermosas que él me había dicho el día de ayer, inclusive la locura de hablar de casarnos algún día. Tan solo recordarlo, me volvía un tomate de lo mucho que me sonrojaba. Estaba feliz, estaba viviendo un sueño... en realidad, él era un sueño para mí.
Traté de bajar un poco de mi nube, e intentar enfocarme. Pero ella nuevamente vino a mi cabeza. Revisé su chat y no me había contestado. Estaría mal si lo intentaba nuevamente? Pero como no tenía nada que perder lo hice, y rogándole al cielo, espere un mensaje de su parte en algún momento.
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Y al cabo de unos cuantos minutos ella respondió. No puedo explicar la alegría inmensa que sentí. Primero que nada por haber recibido respuesta. Segundo porque la noté cálida, agradable. Y tercero, porque estaba más que seguro, pero segurísimo, que ese corazón morado que me envió era por Jungkook. Me jugaba la vida entera que era por él, y no simplemente porque le pareció lindo enviarlo. Eso sin siquiera tener que darle muchas vueltas o explicaciones, me llenó el pecho de paz. Quizás... no sería tan loca la idea de poder unirlos no?
Pero de repente dándome un sobresalto y tomándome por la espalda, mi novio hermoso llegó. Lo miré con una sonrisa pero sin siquiera decir nada, me dio un fogoso beso. Y yo adormecido me quedé cuando terminó de hacerlo, con los ojos cerrados, sin saber que decir. Él solo me sonreía para luego sentarse junto a mí. Y en mi estado de somnolencia noté la mirada de un grupo de trainees sobre nosotros y reaccioné.
