Jungkook es el idol más famoso y deseado del momento, pero también el más arrogante e intratable, enloqueciendo al staff de su agencia como a su manager, y para empeorar la situación, adicto al sexo y a las fiestas.
Jimin es un inexperto e ingenuo e...
-- Amor no... tengo miedo. Además van a pensar que estoy queriendo aprovecharme de tu fama. -- Bebé. Ellos quieren contactarte, hace mucho, no tiene nada de malo. Sólo son marcas que quieren vestirte. -- Pero Jungkook... yo no... no sé... no tengo ese nivel que ellos buscan. -- Jimin, si Dior te contactó y quiere vestirte, es porque eres exquisito y eres elegante. Es simple, te dan ropa constantemente y solo tienes que ponerla en ese cuerpito hermoso que tienes y ya.
Me decía Jungkook mientras me acariciaba el cabello, y estábamos tirados en el piso abrazados, luego de horas de jugar con Bam.
Y no voy a negar que el ofrecimiento de una marca del nivel de Dior, me daba mucho miedo, pero también me ilusionaba demasiado, ya que todo ese mundo de la moda, era algo que realmente me gustaba. Pero por otro lado, era tal la exposición que vivía que a veces me abrumada y no sabía como actuar. La fama que tenía, obviamente solo por Jungkook, escalaba niveles que me costaban entender, si me fotografiaban usando una prenda, se agotaba, si aparecía una foto mía tomando un jugo de cualquier marca, también se agotaba, eso me daba la pauta que tenía muchas miradas puestas sobre mí y aunque intentaba llevar un bajo perfil, era muy difícil cuando todas las miradas buenas y malas están sobre tí. Es algo a lo que no puedo acostumbrarme y no sé si realmente podré hacerlo alguna vez.
Hoy, justo hoy, era el cumpleaños del amor de mi vida, de mi hermoso bebé, el primer cumpleaños que iba a pasar a su lado, regalo que ya venía preparando hace mucho tiempo. Sabía que él no quería nada extravagante, solo quería estar con sus amigos, así que organicé una cena para todos, bien hogareño tal como él lo deseaba. Pero mi regalo se lo daría esa misma tarde. Antes de la reunión que teníamos planeada.
