Jungkook es el idol más famoso y deseado del momento, pero también el más arrogante e intratable, enloqueciendo al staff de su agencia como a su manager, y para empeorar la situación, adicto al sexo y a las fiestas.
Jimin es un inexperto e ingenuo e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dejé mi celular por unos segundos de lado. La náuseas me revolvían el estómago, y no sólo eso, sino que el malestar constante allí me estaba volviendo loco. Esta vez si me había excedido con el alcohol.
Me levanté y fui hasta el baño a hacer lo único que el cuerpo me rogaba hacer desde hacía horas, que era deshacerme de todo este veneno. Vomité intentando sentirme mejor. La lucidez volvió a mí, pero ya una gran cantidad del alcohol viajaba por mi torrente sanguíneo. Te pido disculpas organismo, fue lo mejor que pude hacer por tí.
Me lavé la cara con agua fría, fui hasta el living y me cambié. Sabía que mi chofer iba a estar esperándome, ya que le había pedido que aguardara por mi unas 3 horas. Y así fue, al salir de aquel departamento, él estaba aún en el auto.
Subí rápidamente y me tiré en el asiento prácticamente acostándome. Todo alrededor mío era una calesita que daba vueltas y vueltas.
-- Ahora si vamos a tu departamento muchacho? -- Me dijo aquel hombre, que había estado volviéndose loco con mis locuras en estos dos últimos días. -- Si. Vamos por favor. Voy a vomitar.
Y de repente sentí la ventana del techo abrirse. Llevándome una oleada molesta de aire frío.
-- Viejo que mierda haces? Hace frío. -- Necesitas espabilarte muchacho. Además que apestas a alcohol y a... bueno. Apestas, en fin. -- El costo que hay que pagar. -- Dije mientras me tapaba la cara con mi antebrazo. -- Eres adulto y lo sé, pero sabes que tienes que parar, en algún momento debes parar la intensidad, si no quieres terminar mal. -- Me dijo Jiho, mi chofer, mientras buscaba una botella de agua para alcanzármela. -- O quizás es lo que quiero, y si quiero terminar mal... quien sabe.
Y dando un suspiro, decidió quedarse callado.
Volví a tomar mi celular. Y abrí las redes. No me podía sacar de la cabeza esa mirada felina, esa dulzura. A ese pelirrosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
