D U R M I E N D O

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Alastor no suele conciliar el sueño de forma rápida, desde que llego al infierno  por las noches solo suele recostarse sobre su cama y cerrar sus ojos como si fuera a dormir, aunque claro, era inutil.

Pero tampoco se quejaba demasiado, el no dormir no le afectaba tanto como a un humano, podían pasar meses y el estaría como nuevo.
Pero, al casarse con lucifer, eso comenzaba a cambiar poco a poco, pues este trataba de corregir algunas malas costumbres del demonio como el poner todo lo que comía sobre la mesa..
Aún recordaba los gritos del más bajo al ver aquella escena, ese día no paso la noche en la habitación.

Hoy era un día de esos en los que no sentía una pizca de sueño, tal vez cansancio, pero no lo suficiente para hacer que cayera rendido en un profundo sueño, en cambio el soberano ya se estaba alistando para poder ir a la cama cómodo.

— Lucifer, la última vez que subiste a esos patos a la cama termine en el suelo a media noche solo por que tu los pateaste mientras dormías.

El angel caído ignoro las palabras de su pareja mientras los acomodaba en fila sobre la orilla de la cama y se recostaba, palmeando su lado para que el ciervo hiciera caso en echarse junto a el.

Guarda silencio y abraza a tu rey.

El pecador solo hizo un leve sonido de interferencia molesto, pero no se negó a acostarse junto a el mientras el rubio lo rodeaba con sus brazos recostando su cabeza en el esponjoso pecho del más alto.
El no tardó en que el sueño se apoderara, quedándose profundamente dormido en su pareja, mientras esté último miraba el techo fijamente a oscuras, nunca había pensado en que estaría ahora mismo abrazando al rey del infierno mientras dormían.

Alastor siempre fue el demonio que solo pensaba en si mismo y como beneficiarse de todo aquel que lo rodeaba, su única meta en mente era reinar el infierno para deshacerse de aquel trato que lo mantenía atado, cosa que en algún punto comenzo a cambiar.

Sí, se acercó con dobles intenciones a lucifer, al principio solo pensaba que era un enano con problemas de abandono y con los patos de goma que echan fuego,
pero el convivir tanto con él en el hotel lo hizo cambiar de opinión sin su consentimiento, en sus planes nunca estuvo enamorarse del soberano.
Pero ahí estaba, abrazandolo todas las noches y conviviendo con Charlie como si fuera una hija, aún no se acostumbraba, todo esto era nuevo para el.
Nunca había formado una “familia” o se había enamorado, probablemente no lo hacía de la mejor forma, aun era inexperto en el tema..

era sincero, pronto él también tendría el poder del pentagrama e infierno, a su yo de hace años le hubiera encantado esa noticia y se hubiera burlado de todo, no decía que no le agradaba en estos momentos, solamente no deseaba cometer algun error con su angel caído.
Para él, reynar con maldad había quedado atrás, y eso era sorprendente para todo aquel que lo rodeaba.

— ¿Sigues despierto, querido?

La voz de lucifer lo saco de sus pensamientos, haciendo que volteara a verlo con su gran sonrisa, dándole una respuesta sin hablar, este sabía cuánto le costaba conciliar el sueño.

soñe con hotcakes y ahora quiero..

Sus manos fueron hasta el cabello del rubio y lo acariciaron, le causaba gracia cuando el mayor tenía antojos a media noche.

Vayamos hacerlos.

( . . . )

— ¿Quedaron bien? ¿Crees que les falte algo?

Pregunto el angel caído a su pareja, quien comía de su plato sin despegar mucho la mirada, al escucharlo, asintió.

— Todo lo que hagas tú queda bien.

El pecador se inclino hacía el para recostar su cabeza sobre el pecho del mayor cerrando sus ojos, quería reír al sentir la posición de ambos, de verdad era muy chiquito.

— Pero puedes agregarles más vainilla..  no soy fan de lo dulce, pero sin duda estan perfectos.

Los ojitos del soberano se iluminaron, amaba que esté apreciara y le dijera las cosas de manera sincera.

— ¿Vamos a la cama?

— Sip. Pero antes, su majestad.

Agarro una servilleta y limpio algo de la harina que tenía en el rostro el rey, habían estado jugando mientras hacían aquel aperitivo, cuando terminó de limpiarlo depositó un dulce beso en sus labios y se levanto de forma rapida avergonzado.
Aún no era capaz de acostumbrarse a hacer eso y los nervios lo traicionaban.

Llegó a la habitación y se recostó cerrando sus ojos mientras esperaba a su esposo, suspiro, sentía sus ojos pesados y el sueño consumirlo, quedándose dormido sobre el lugar del rey.

— Querido, estás en..

Sonrió con ternura al ver a su pareja dormido, le causaba felicidad ver que finalmente pudo dormir. Se acercó a él y se recostó abrazandolo, acariciando sus esponjosas orejas con suavidad mientras el también volvia a dormirse, esta vez, junto a su amado pecador.

A veces se preguntaba que pasaba por su cabeza cuando se trataba de la relación que llevaban, o si de verdad lo amaba, aunque no hacía falta ver como este era con el para olvidar su pensamiento, Alastor amaba a lucifer, al igual que lucifer a alastor.

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30 Días OTP - Appleradio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora