30 Días OTP - Appleradio.

M I E N T R A S L O M A S T U R BA

La mirada de Alastor se encontraba perdida en algún lugar de la habitación, sintiendo como el rubio entraba sin parar de forma rápida en su interior, sus manos se agarraban a los hombros del soberano donde encajaba sus dedos ahí, sin poder soportar tanto placer.

Había perdido la cuenta de las veces que se había corrido y las horas que llevaban encerrados en la cocina, dónde alastor era recargado contra la mesa mientras Lucifer hacía de lo suyo detrás de él.
Su celo aún ni había acabado, aún quedaba una semana para culminar y sentía que solo empeoraba con el paso de los días, comenzaba a sentir que necesitaba más y más al rubio.
¿Cómo habían acabado así?

— “Querido, pásame el plato.”

La voz del rubio lo saco de sus profundos pensamientos, volteando a verlo mientras le pasaba aquellos platos que había pedido su pareja,

Lucifer se encontraba haciendo el desayuno, no fue hasta que sintio sus piernas comenzar a temblar y sus muslos mojarse por el lubricante.

— “Oh.. iré a la habitación”

Miro a Lucifer para darle a entender lo que sucedia, no quería que derrepente entrara alguien del Hotel y lo viera en ese estado, el rubio comprendió, o al menos eso había visto el mas alto.
Cuando estuvo apunto de salir de la cocina, sintió las manos del más bajo rodearlo, acercando sus cuerpos hasta como pudo rozar su entrepierna con su trasero acariciando su colita de ciervo, haciendo que soltara un jadeo de sorpresa.

— “Dejame ayudarte querido.”

Negó con la cabeza algunas veces, sería una gran falta de respeto hacer aquello, no sabía como el rey aveces era tan desvergonzado.
Se perdió cuando sintió como lo acorralaba contra la mesa, aunque había mucha diferencia de altura el único que lograba aquello era el Rey, sus manos manoseaban su cuerpo y su boca se encargaba de su cuello, quitando la ropa superior para bajar hasta su pecho y estimular sus pezones.

— ¡N-No! Lucifer, nos van a escuchar..

No aguanto más, enrollo sus piernas en la cintura del rubio cuando lo coloco arriba de la mesa comenzando acariciar sus muslos internos, retirando su ropa mientras iba más allá hasta tocar su entrada, rozando lentamente hasta meter solamente un dedo, sintiendo el viscoso líquido resbalar.

( . . . )

Y si, ahora se encontraba de espaldas a Lucifer mientras esté lo penetraban de forma rápida, agarrando sus caderas para profundizar sus embestidas hasta tocar el punto dulce del pelirrojo, que mordía sus labios haciendo el esfuerzo por no gritar.

Lucifer había puesto una tipo burbuja “protectora” en la cocina para que nadie entrara y ningún sonido saliera, su espalda se arqueaba mientras lloriqueaba sin poder aguantar mucho más, sus orejas estaban hacía atrás y su colita se movía buscando estimulación.

— ¡L-Lucifer!

— Estás tan apretado..

Susurro con su voz ronca el ángel caído en su orejita, que tembló por un espasmo cuando Alastor se corrió, las manos de Lucifer estaban masturbando su miembro con rapidez incluso después de correrse, haciendo que el pelirrojo se quejara por la sobre estimulación.

— ¡N-No!

Lucifer cambio las posiciones, sentando a alastor en la mesa nuevamente para volver a embestirlo con rapidez sin dejar de sobre estimular su miembro y próstata, apretando al rubio cada que las paredes de alastor se reprimían contra él.

Beso al pecador, buscando dominarlo mientras mordían sus labios y la saliva caía por la comisura, las embestidas no paraban y Alastor no dejaba de temblar, de gemir y de soltar pequeñas lágrimas que se acumulaban en sus ojos sintiendo como su vientre comenzaba a sentir una sensación extraña, quería gritar y liberarse de ello, se retorcio mientras apretaba sus piernas en la cintura del soberano.

— ¡Ahgm!

El líquido volvió a manchar ambos abdomen, lucifer lo miraba algo sorprendido pero después sonrió, alastor lo miraba avergonzado por aquel exceso de líquido que había salido de él por la sobre estimulación.

— Oh, querido, no te avergüences.

Susurro tomando su rostro, le había parecido tierno, comenzó a besarlo intentando calmar su pena, acercándolo hasta su pecho mientras lo abrazaba con amor.

— te dije que pararas..

Golpeó con suavidad su pecho molesto, se había sentido extraño pero no le había disgustado del todo.
El soberano río, comenzando nuevamente acariciar su colita y su miembro.
Alastor volvió a gemir, sintiendo como el rubio se volvía a hundir en él por un movimiento que había echo, volteo su cabeza hacia otro lado, volvía a sentir aquella necesidad de tenerlo con él.

— Vayamos a tu habitación, cielo.

Le sonrió el más bajo, cargandolo y haciendo un portal hacia la habitación al mismo tiempo que quitaba aquel escudo gigante que protegía la cocina, haciendo que la puerta se abriera se golpe dejando caer a Charlie y compañía.

— ¡Por el mismísimo demonio! parece que aquí hubo diversión.

Comento angel, acercándose a ver los paquetes que estaban en la cocina, pronto notando aquel líquido blanco en el suelo.

— Malditos desvergonzados calenturientos..

Está vez fue vaggie quien hablo, siguiendo a su novia quien salía de la cocina traumatizada, definitivamente tendría que comentarles de hacer sus cosas en el hotel..

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Disculpen lo corto..