M. AL PASIVO

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Alastor suele ser alguien que cuida demasiado su espacio personal o privacidad, suele aceptar las muestras de afecto de lucifer cuando se cansa de escucharlo insistir, sabía que esté no se rendía fácil a sus “no”

Está vez se encontraban todos comiendo por la mañana, se podían escuchar algunos chistes sexuales de angel hacia Husk o la tranquila plática de Vaggie y Charlie sobre la actitud que haría el día de hoy.

— ¡Es perfecta para que la confianza brote y brote de este lugar!

Su voz emocionada y los brillos en sus ojos hizo sonreír a vaggie, aunque rápidamente dejo de prestar atención cuando sintió toda la mesa moverse de forma brusca.

— ¡Santo padre, casi me rompes el brazo!

Lucifer se quejo en voz alta sobando su brazo mientras se alejaba un poco del demonio de la radio, quien lo miraba amenazante en esos momentos como si tratara de decirle: “Si te acercas serás el próximo desayuno”

— ¿Pueden dejar de pelear en la mesa?

Vaggie rodo sus ojos con estrés, con ellos no sabían si les daría diabetes de tanto amor o terminarían muertos por culpa de sus peleas trágicas sin importar si estaban ahí.

Aquella razón del golpe no había sido nada más que un lucifer intentando pasarse de listo con Alastor, o bueno, asi lo veía el pecador.
Mientras comían había estado acariciando su muslo de forma “inofensiva”
Pero la intensidad había estado subiendo cada minuto llegando a acariciar su entrepierna, haciendo que esté lo golpeara de forma repentina.

— Tu querido suegro empezó.

Alastor se excuso levantandose de la mesa, necesitaba relajarse un momento en su estacion de radio o tomar algun corto baño, optó por la segunda opción.

Entro a su habitación y cuando estuvo en el baño empezó a despojarse de su ropa poco a poco hasta estar libre, entro a la bañera y suspiro relajándose.

Admitiría que le gustaría sentir los mimos de lucifer ahora mismo mientras estaba en el agua, sentía que últimamente estaba sensible, tal vez su celo no tardaría en llegar.
Se recostó y cerró sus ojos tranquilo, había sido demasiado bueno para ser verdad, pues el sonido de la puerta lo obligo abrir sus ojos.

— ¿Lucifer?

— No me invitaste a bañarme contigo.

Hizo una señal de desaprobación como si fuera un niño pequeño, comenzando a quitarse la ropa el también para meterse al agua con él.

— Hey! ¿Que crees que haces? Espera a que yo termine.

Comenzó a empujar su rostro con una de sus manos cuando el angel intentó meterse a la bañera, obviamente el soberano tenía mas fuerza, por lo que lo abrazo evitando que este lo empujara.

Alastor trataba de que su mirada no se desviará a algún otro lugar del cuerpo del soberano que no fueran sus ojos, odiaba admitir que el verlo desnudo le causaba una sensación en él.

Suspiro, recuerdos del soberano quitarse la ropa empezaron a llegar a él, ¿Por que le tenía que pasar eso a él?

— Veo que te emocionaste querido.

La voz de lucifer burlona lo hizo hacer un sonido de interferencia por la molestia, sentía su entrepierna con una molesta erección.

— Cierra la maldita boca lucifer..

Jadeo cuando sintió la mano del rubio subir y bajar por su erección, haciendo que el pecador recostara su cabeza en su pecho, se sentían tan bien las manos de este cuando lo tocaba de esa manera.
No era brusco, pero tenía el ritmo perfecto para hacerlo sentir en las nubes.
Su dedo comenzaba hacer simulación de círculos en la punta, mientras masturbaba el resto trazando las venas que se marcaban suavemente.
Los gemidos del pelirrojo comenzaron a resonar en el baño, su espalda se arqueaba aún recostado en el soberano, inconscientemente abriendo sus piernas.

— Lucifer.. mgh.

Al escuchar que no tardaba demasiado el acabar, comenzó a aumentar el ritmo de su vaivén haciendo que esté gimiera en voz alta avergonzado, disfrutaba de cada segundo que pasaba con su amado pecador.

— Hazlo, querido.

Eso fue suficiente para que el pecador se corriera en segundos sobre la mano del angel caído, haciendo que cerrará sus ojos al mismo tiempo que se arqueaba agitado y apretaba sus manos en las orillas de la bañera, sin duda necesitaría bañarse mejor.

— ¿Quieres que salga?

— Ahora termina lo que empezaste.

Murmuró en voz baja lamiendo y mordiendo el labio del angel hasta hacerlo sangrar, degustando el sabor de esta.
Sintió las manos de lucifer sobre sus muslos separandolos aún más, posicionándose enfrente de él.

— Lo haré, cielo.

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30 Días OTP - Appleradio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora