C O N V E N D A S

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La mayor parte del tiempo a la pareja le gustaba experimentar todo tipo de cosas a la hora de tener sexo, aunque al principio hubiera cierta negación de parte del demonio a las ideas un poco 'extremas' del más bajo.
A cambio de él, el podía estar fácilmente sin tener relaciones un tiempo o hacerlo como tradicionalmente, algo tranquilo; Definitivamente prefería que su angel le hiciera el amor, aunque claro, otras veces terminaba accediendo al placer carnal de forma desenfrenada que su rey le otorgaba siempre.

El hotel ese día se encontraba en silencio, charlie y compañía habían decidido salir después de una idea sobre actividad en el exterior, que por supuesto, el pecador se negó junto al soberano, pues querían algo de tiempo a solas en el hotel sin cuidarse de hacer tanto ruido, había estado reprimiendo tanto las ganas de poder escucharlo gritar fácilmente.
De por si, Alastor no era una persona muy ruidosa en el momento a menos que estuviera en su celo o demasiado sensible, eran raras y contadas las veces en las cuales dejaba salir todo tipo de sonidos sin retenerse.

Aprovechando la salida de los huéspedes y Charlie, se encontraban sobre la cama del rey, las piernas del más alto estaban alrededor del cuello de Lucifer apretandolo entre estas al mismo tiempo que el mencionado masturbaba y lamía su interior, su lengua daba leves giros aprovechando el largo de esta, tocando sus paredes junto con su próstata haciendolo retorcerse debajo suyo, era fan de aquella vista tan erótica.

- ¡Ahmh! ¡Lucifer! - Sus manos apretaron los rubios mechones de cabello acercándolo aún más a su entrada para evitar que dejara lamer y masturbarlo, sus mejillas se encontraban demasiado sonrojadas, sus ojos soltaban lagrimas cristalinas que caían hasta mojar la almohada, y ni se diga de su boca, no paraba de soltar saliva excitado, tener al angel entre sus piernas siempre sería un maldito paraíso.-

- Que erótica vista, cariño. ¿Te he dicho lo sexy que te ves de esta forma? - Murmuró una vez se separó de su entrada húmeda y chorreante de sus propios líquidos junto a su saliva, le encantaba la forma en la que alastor solía entrar como si estuviera en su celo, más sensible y delicado.-

Escucho un sonido de desaprobación del más alto cuando sintió la falta de toque en su miembro necesitado, la punta se encontraba algo rojiza buscando más contacto físico que solo el angel podia otorgarle, deseaba poder acabar. Una vez risa salió de los labios del rubio ante el estado en el que se encontraba, se alejo un poco de él y materializó unas cuantas vendas.

Sonrió con malicia ante la mirada confundida del pecador, llevo sus manos hasta las de Alastor y las junto para poder amarrarlo, pasandolas por encima de su cabeza para que este lo abrazara de forma que quedarán sus rostros demasiado cerca, con las otras en un chasquido le vendo los ojos, evitándole la vista a este de todo lo que pudiera hacer.

- Puedo decir que amo ver tus lindos ojos llorosos del placer, cariño, pero me temo que está vez será diferente. Me tuviste sin dejarme tocarte dos semanas por qué los demás podían oirnos, está vez no pueden, pero será tu lindo castigo. -Dejo que el pelirrojo enrollara sus piernas en su cintura al mismo tiempo que comenzaba a rozar su miembro contra la entrada palpitante del más alto, quien gemía débilmente por sentir más de él, sus piernas temblandole ligeramente.-

- Por favor.. no juegues Lucifer~ - Artículo en suaves jadeos del placer, mordía sus labios y se restregaba contra él para poder sentirlo aún más, sus mejillas sonrojandose a más no poder por la situación en la que se encontraba.-

No tardó demasiado en volver a sentir las manos de Lucifer sobre su rostro, está vez colocándole una vez sobre la boca, podía imaginar la maldita sonrisa de satisfacción que tenía en el rostro y le molestaba, definitivamente le molestaba lo tan sumiso que podía llegar a ser bajo sus ordenes para dejarle hacer este tipo de cosas. Por qué aunque lo negara o no lo admitiera en voz alta, le encantaba que Lucifer jugará de forma brusca con él.

Mordió la venda y gimió una vez el soberano entro en su interior con rapidez, su interior se contrajo a su miembro sintiendo como las venas palpitaban contra él, podía sentir el largo y grueso que era, el tamaño de Lucifer nunca lo dejaría insatisfecho; La saliva comenzó a mojar la venda sobre su boca a los pocos minutos, ahogando todo tipo de sonidos que pudieran amenazar con salir de su boca, ni siquiera se espero a que se acostumbrara, el rubio había comenzado de forma rápida y descuidada a embestirlo.

- ¡Mhmgm! - Sollozo apenas audible, necesitaba liberar sus gemidos para poder calmar su excitación, podía sentir como su próstata comenzaba a ser estimulada por el glande del más bajo una y otra vez, sintiendo aquella presión baja en su vientre que avisaba que pronto se correría, empezando apretar su miembro como si quisiera exprimirlo.-

- J-Joder.. Al, me estás apretando demasiado. - murmuró, sus labios viajaron hasta la cintura del pecador para mantenerlo en su lugar y comenzar a embestirlo de manera más rápida, no tardando demasiado en correrse en su interior, cerrando sus ojos y jadeando ruidosamente sin la necesidad de esconderlo.-

El pelirrojo no tardó demasiado en terminar sobre ambos abdomen, sus manos temblaban al igual que sus piernas y sus mejillas se encontraban demasiado húmedas, mojando la tela que se encontraba sobre sus ojos y boca. Sus orejitas se encontraban hacía atrás por el placer recién recibido y la pena que le daba imaginar que tan vulnerable se veía o el desastre que había ocasionado en él Lucifer.

Se distrajo de sus pensamientos cuando volvió a sentir sus manos sobre su cadera girandolo, quedando de lado mientras una de sus piernas era levantada y sostenida por la mano de Lucifer, dejando su entrada hinchada y rojiza expuesta totalmente al soberano, quien no tardó o dudo en penetrar una vez más en aquella noche.

Los gemidos, los choques de pieles y los jadeos roncos de ambos amantes inundaron la habitación junto a los sollozos y chillidos del más alto, sus orejitas eran estimuladas de vez en cuando junto a su colita, sus dos puntos sensibles; Haciéndolo retorcese llevando una de sus manos hacía atrás para poder jalarlo hacía él, obligándolo a mantenerse cerca suyo mientras era penetrado bruscamente, la saliva cayendo sobre la almohada humedeciendola aun mas.

- ¡Ahg! ¡P-por favor! - Logro articular mordiendo y bajando un poco la venda, rogando por que fuera retirada. Lucifer hizo caso y se la quito, cambiando la posición una vez más para dejarlo de espaldas a él sobre la cama en cuatro, lo tomo de sus astas algo crecidas y lo jalo hacía él, comenzando una vez mas sus bruscas embestidas.-

No fue la única posición que hicieron lo que restaba del día y posiblemente noche, lo habían echo en todos los lugares posibles de la habitación y exterior con/sin vendas, lo único que sabía el soberano era que de cualquier forma le gustaba ver perdido del placer a su amado cervatillo.




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Son las 4, me muero de sueño JAJAJA
disculpen si hay alguna falta de ortografía

30 Días OTP - Appleradio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora