─¡Jake, ve a comprar un poco de
harina! ─Y ahí estaba, enojado porque no tenía hermanos y tampoco excusa de no ir. Jugaba con una piedra camino a la tienda, pateándola al avanzar. En un momento, esa piedra decidió abandonarlo y escaparse de sus pies. Fue ahí cuando levantó, entre la lástima de perder una amiga y las ganas que tenía de hacer un berrinche por la vagancia, la mirada.
Coño.
Ahora sí que lamentaba no tener hermanos.
─¡Hey! Hola, Jake ─sonrió. Esa sonrisa que lo molestaba todo el tiempo. No dejaba de mandarle mensajes cada que tenía tiempo. Y vaya que ese chico tenía tiempo.
─Hola... ─respondió Jake, tratando de no mostrar su molestia mientras recordaba la tarea que tenía por hacer.
Intentó alejarse, pero el pelinegro tomó su muñeca con tanta delicadeza que LFJQOSJSIAJDQOJQJWJE.
Así estaba el corazón de Jake en ese momento.
─¿Puedo acompañarte? ─"no".
─Está bien. ─Jake, sabiendo que negar todo lo que era obvio no iba a mejorar —es más, lo iba a empeorar—, decidió disfrutar de la sensación.
Sunoo, nervioso, agarró la mano del alto.
─Riki, ¿estás seguro? está muy alto... ─Sunoo estaba sufriendo la adrenalina del chico que lo acompañaba. Parecía hasta que lo hacía apropósito.
─No tengas miedo ─apretó el agarre que el pelinegro formó. ─Hice esto muchas veces, no te preocupes ─.
Sunoo decidió confiar externamente en las palabras de él, pero internamente tenía inseguridades de la seguridad de esa atracción en el parque que habían decidido visitar para su cita. O bueno, salida.
Un parque de diversiones era para divertirse al final de todo, ¿no?
No. Sunoo odiaba con toda su alma esos parques. Les tenía terror, miedo, nauseas, fobia, todo tipo de rechazo. Odiaba moverse o marearse, era muy sensible a los movimientos brutos y un parque de atracciones era el peor de sus enemigos.
Riki se adentró en el lugar, sosteniendo todavía con calidez la mano de Sunoo.
─Riki, de verdad me asusta un poco... ─susurró Sunoo, sintiendo que su voz se perdía entre el bullicio del parque.
Estaba demasiado alto, no le tenía fe a los cinturones y, aunque no era cortés decir esto, tampoco le tenía fe a Riki.
El chico era cada vez más confiado, y los gustos de este no eran hacer karaoke o pijamas con skincare, lamentablemente.
─Solo confía en mí ─ajá. Llegó el turno de ellos dos junto a más personas. Se sentaron y acomodaron en medio.
Sunoo todavía no calmaba sus nervios, y Riki lo notó. Tomó su mano con fuerza, sonriéndole en el proceso. Sunoo le devolvió el gesto, pareciendo más una mueca.
Ahora estaba más nervioso.
.
.
.
Ahora sí que no actualizo por vaga jaksj
ESTÁS LEYENDO
𝙲𝚘𝚗 𝚜𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚞𝚗 𝚑𝚎𝚕𝚊𝚍𝚘 〔sunki〕
Storie d'amoreUna carta mal entregada puede ocasionar sentimientos complicados y malentendidos equivocados. 🌼• Historia completamente mía. 🌼• Mención de otros idols. 🌼• No adaptaciones sin mi permiso.